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Peter miraba a Pietro con una enorme sonrisa mientras que el mayor de los dos tocaba el piano alegremente.

¿Has visto a mi hermana Wanda? ¡Demonios, se fue y desapareció! He buscado por alto y bajo, donde, oh donde, se fue mi  dulce hermana? ¡Ah, miren, ahí está! ¡Espiándonos a mí a mi novioooooo!—Pietro cantó una parodia de la canción Have You Seen My Sister Evelyn? Mirando burlón a Wanda, quien rodó los ojos. Peter rió sintiendo un cosquilleo en su estómago, todavía no se acostumbraba a que Pietro se refiriera a él como "su novio".

—Eso ni siquiera rima.—Wanda bufó rodando los ojos.

Pietro y Peter rieron. Los tres salieron del salón de música del instituto Xavier, y cuando salieron al pasillo Loraine pasaba por ahí, hablando con Lorna, Jubilee, Jean, y las gemelas Chris y Will.

—Oh, hola, chicos.~—Loraine saludó a Peter y a Pietro.—¿Cómo les fue en su cita como novios oficiales?

—Estuvo bien, si ignoramos lo incómodo que fue el tener a mamá vigilándonos a cada rato y ahora a Wanda.—Pietro rió rodeando los hombros de Peter, quien rió sonrojado. Wanda bufó.

—Las reglas son las reglas, Petey. Tendrán que acostumbrarse a ser vigilados todo el tiempo si quieren seguir siendo novios.—Loraine dijo, y se acercó a Peter y lo abrazó, sorprendiéndolo.—Bienvenido a la familia, Pete. Me alegro de tenerte como mi cuñado.

Loraine, riendo, se fue por el pasillo junto con sus amigas, dejando a los dos Peters y a Wanda sorprendidos.

—Me sorprende lo bien que te estás tomando esto de la relación de ellos dos, Lori...—Le susurró Lorna a Loraine.

—Sí, no hacías nada para ocultar que estás obsesionada con Peter, ¿de verdad estás bien con que tu hermano salga con él y tú no?—Preguntó Jean.

—¿Qué puedo decir, chicas?—La adolescente sonrió maliciosa.—Soy de las personas a las que no les importa compartir.—Se mordió el labio, sus pálidas mejillas sonrojadas, y abrazó sus libros contra su pecho.





•••





Los dos rieron mientras que, tomados de las manos, corrían y Pietro cerraba la puerta de aquel armario de la mansión. Peter presionó un botón y la luz se encendió.

—Por fin nos escapamos de Wanda. Desde que se dio cuenta de que le gusta Kurt se queda toda embobada cada vez que lo ve.—Pietro dijo con una sonrisa de lado. Tomó a Peter de la cintura y se acercó para besarlo, pero Romanoff puso una mano en frente de los rostros de los dos. Pietro lo vio confundido.

—Recuerda las reglas, Pietro Maximoff.—Peter sonrió coqueto, y el corazón de Pietro dio un vuelco, ya que nunca lo había visto así.—Mi mamá dijo que no podemos besarnos.

—También dijo que no podemos estar solos sin supervisión, pero, aquí estamos.—Se encogió de hombros.—Algunas reglas vale la pena romper, Petey.

Ambos rieron, y poniéndose de puntillas, Peter se acercó y ambos se besaron. Pietro sonrió entre el beso, y acorraló al castaño contra la puerta del armario.

—¿Qué sucede?—Preguntó el de cabello plateado cuando Peter se alejó del beso y bajó la mirada, riendo.

—Estamos en el closet...

Ambos rieron, para luego seguir con el beso, hasta que la puerta detrás de ellos se abrió y Peter casi tambalea y se cae. Ambos vieron sonrojados al hombre de máscara roja.

—¡Así los quería agarrar!—Wade exclamó tomándolos a los dos de las orejas y llevándolos a rastras.—Mierda, los niños de hoy no saben hacer otra cosa que no sea estar calientes...

—¿Tienes idea de lo viejo que acabas de sonar?

—Oh, cállate Negasonic.

—¡Oh, vamos, Wade!—Pietro se quejó.—¡No seas aguafiestas!

—Prefiero ser aguafiestas a que la madre del enano éste me mate por dejarlos solos con sus hormonas adolescentes.—Wade tragó saliva.—Todavía tengo pesadillas de cómo se puso cuando la dejé por Blake...





•••





Pietro abrió la puerta de su dormitorio y vio a Loraine sonriéndole.

—Las chicas y yo iremos por un helado. Quería preguntarte si quieres venir.

—No, gracias, Lori. No estoy de humor...

—¿Qué pasa, Petey?—Loraine entró a la habitación y cerró la puerta detrás de ella con su pie. Sin que Pietro se diera cuenta, puso el cerrojo.—Puedes decirme lo que sea, somos compañeros de crimen, después de todo.

—Compañeros de crimen...—Pietro le sonrió, luego suspiró y ambos se sentaron en el borde de su cama.—Es solo que... me frustra el no poder pasar tiempo a solas con Romanoff, ahora que por fin es mi novio...—Suspiró y ambos se acostaron en la cama.—Además es frustrante que, como él es dos años menor, no puedo exactamente...—Se sonrojó fuertemente. Loraine sonrió maliciosamente.

—¿El niño Romanoff te dejó con ganas?—Acercó su rostro al de Pietro.

—Una de las cosas que me atraen de Peter es lo inocente que es... así que... no quisiera quitarle su inocencia, tan pronto... me guste o no, tengo que esperar para hacer ciertas cosas con él...

—¿Y si no tuvieras que esperar?

Los ojos de Loraine brillaron. Se acercó más y Pietro sintió un escalofrío al sentir los labios de la albina en su cuello.

—¡Lori!—Pietro chilló, levantándose quedando sentado en la cama y mirando atónito a la de ojos azules, quien le sonreía.—¡¿Q-Qué estás...?!

Shhh...—Loraine posó uno de sus dedos en los labios de Pietro, gateando hacia él se sentó en sus piernas y luego llevó una mano al cierre de su sudadera (la que Peter le había regalado.) y lo bajó, quitándosela y lanzándola a un lado de la habitación.—Solo cierra los ojos, y relájate... si quieres, hasta puedes imaginar que soy Peter, no me molesta...—Rió entre dientes.

—L-Loraine...—Pietro jadeó cuando ella lo besó. No era la primera vez que lo besaba. Habían compartido besos en privado anteriormente, pero habían sido solamente eso, y ambos lo habían considerado un juego, aquellos besos no habían sido nada excepto la forma de los dos de experimentar. Pietro se mordió el labio aguantando un jadeo cuando Loraine volvió a besarle el cuello, y puso sus manos encima de los botones de la camisa del chico empezando desabotonar uno por uno.—Oh, Loraine...

Son Of The Widow [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora