44

1.1K 128 14
                                    

Peter se despertó repentinamente y se estremeció al escuchar golpes en su puerta.

—Peter, ven a desayunar.—Era Natasha, sonando mil veces más pacifica que la noche anterior.

Peter suspiró, se levantó y salió de su habitación, fue hacia la cocina, Natasha se encontraba en frente de la estufa vertiendo en una sartén un poco de mezcla de panqueques. Peter, nervioso, se sentó en la mesa en la que ya estaban los cubiertos, mantequilla y syrup de maple, y momentos después Natasha dejó en frente de él un plato de panqueques, puso uno para ella misma y se sentó en frente de Peter al otro lado de la mesa.

—Que sepas que el que te prepare desayuno de panqueques no significa que no sigas castigado.—Dijo de manera seria mientras que cortaba un trozo de su panqueque.—Estoy muy decepcionada de ti, Peter.

Peter sintió ganas de llorar.

—Lo siento...

—Un lo siento no arreglará nada. Dios mío, ¡tienes catorce años! ¡¿Quieres morir antes que yo?! ¡No entiendo por qué siquiera empezaste a hacerlo!—Apretó los puños encima de la mesa, Peter se encogió de su asiento. La pelirroja suspiró y se apretó el puente de la nariz.—Solo... más te vale jamás volver a hacerlo. Y que sepas que como parte de tu castigo, no te devolveré tus cosas, no saldrás de aquí y no verás a ninguno de tus amigos, Harley incluido, hasta después de que tengas la top surgery, ¿entendido?

—Sí, madre.—Natasha se levantó de la mesa.—¿Ya te vas? No has desayunado...

—Se me fue el apetito.—Peter suspiró y Natasha tomó su bolso de la isla de la cocina.—Ahora, si me disculpas, debo ir a comprar parches de nicotina para el adicto de catorce años que tengo en casa.

—¡No soy un...!—Antes de que pudiera terminar, Natasha ya se había ido, cerrando fuertemente la puerta. Peter suspiró exasperado.

A él también se le había ido el apetito, así que tras guardar los platos de panqueques suyo y de Natasha en el refrigerador, al no tener nada mejor que hacer, simplemente fue a su habitación, se envolvió en el cubrecama y sollozó.

Se sentía terrible, como una mala persona. Natasha había dicho que no sabía porqué él había empezado a hacerlo. Peter sí sabía. Estaba asustado de volver a perder a Pietro. Estaba tan enamorado de Maximoff que no quería que aquel sentimiento de enamoramiento se fuera. Quería demostrarle a Pietro que él era una persona madura con la que se podía tener una relación seria en lugar de un niño ingenuo con el que podía romper cada vez que quisiera. Era por eso que había empezado a hacer cosas como fumar, beber y festejar de manera alocada, y algunas veces hasta daba su consentimiento para que, durante las "sesiones de beso" que tenía con su novio, Pietro llegara a acariciar su cuerpo y besar más allá de sus labios, todo para impresionar a su novio. La ventaja de siempre usar sudaderas era que le ayudaba a ocultar los moretones que Pietro le dejaba en el cuello.

Peter sollozó fuertemente contra su almohada, se quedó así durante un buen rato hasta que pareció quedarse sin lágrimas.

Natasha también había guardado la televisión de la sala, así que, muerto de aburrimiento, se puso a releer sus viejos cómics, por lo menos Natasha no se los había quitado también. Sintió que los minutos eran horas hasta que Natasha volvió a casa, mostrándose seria.

—Hola...—Saludó nervioso, ella no contestó y se quitó su chaqueta de cuero y su bolso.

—Ve a tu habitación, te llamaré cuando la cena esté lista.

—Espera, mamá...—Se acercó a ella de manera lenta y asustada.—Hay... algo que quiero decirte...

—¿Me has ocultado alguna otra cosa más?—Natasha se cruzó de brazos y lo vio de manera fría. Peter sintió como si recibiera una estaca en el corazón.—Déjame adivinar, ¿también te estás drogando? O, tal vez, ¿estás bebiendo? ¡Oh, ya sé! ¡Empezaste a tener fondue y no usaste protección!

Peter sintió su rostro ponerse rojo como un tomate. Tragó saliva y suspiró.

—Pietro y yo estamos juntos otra vez...

Se sorprendió al ver que Natasha no reaccionaba ante esa noticia.

—Ya lo sabía.

Peter se congeló.

—¿Eh? ¿Cómo...?—De verdad no entendía, ¿cómo era que lo sabía? Él y Pietro habían sido muy cuidadosos para ocultarlo...

—Era muy obvio, mi niño.

Peter suspiró.

—¿Entonces...?

—Entonces... si fingí no saber durante todo éste tiempo, permitiré que ustedes sigan juntos.

Peter sonrió.

—Bueno... él y yo estamos en un descanso actualmente...

—¿Un descanso?

—Sí, hasta que él vuelva de Sokovia...

Natasha miró extrañada a Peter durante unos momentos. Luego suspiró.

—No los entiendo, niños de ahora con sus relaciones complicadas...—Murmuró mientras que iba hacia la cocina.

Son Of The Widow [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora