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—¿Cuál es tu plan? —preguntó Idonne después de acariciar al desorientado Miku.

—No te entiendo. Creí que solo íbamos a caminar —respondió, sin prestarle demasiada atención al temblor en las manos de su hija.

—Por favor, tenemos que correr. No quiero que te hagan daño.

—A ti tampoco tienen que hacerte nada.

—Tenía razón todo este tiempo. Ellos lo saben.

—¿Te das cuenta de que estás exagerando?

—¿Por qué lo dices?

—Piensa un poco —el hombre se detuvo frente a ella, haciéndola detenerse en seco— ¿Crees que nadie sabe qué es lo que pasa? Se habla de eso en las noticias, Idonne.

—Pero...

—Tú eres una persona que sabe demasiado, sí. Por eso es que te necesitan. Nadie termina de entender lo que sucede. ¿o acaso crees que sí?

—No sé que pensar.

—¿Y crees que eso justifica quererte arrancar el chip y renunciar a todo? —la joven bajó la mirada, incapaz de sostenerse frente al hombre que le dio la vida. Incapaz de mirarle a los ojos, prefirió ver como sus manos hablaban por él— tú no te imaginas lo mucho que te necesito. Basta con todo esto.

La estrechó entre sus brazos y se detuvieron en mitad del camino, haciendo que las miradas de ajenos se posaran sobre ellos sin reparo alguno en la privacidad. Había pasado casi una hora desde que Idonne había recibido el mensaje. Tenía que confirmar su asistencia, o saber si podría estar segura, si es que algo iba a estar bien.

—Se supone —continuo su padre, después de separarse de ella— que yo no debía de leer lo que sea que te haya enviado Gavin. Pero lo hice, solo para saber si no te haría daño. Y creo que en realidad fue un error en tratar de entender algo de lo que había ahí. No me has contado demasiado.

—Es mejor así.

—¿No crees que ya sé suficiente?

—Tengo miedo —respondió ella, tendiendo la mano hacia su padre, preparada para la transferencia de la valiosa información que solo podía hacerse por contacto.

—Yo igual —estrechó su mano, y al segundo siguiente apareció la notificación completada— pero hay que ver. Es todo lo que queda.

No podía perder un segundo más, así que comenzó a leer.

"Sé que para cuando leas esto, sabrás que ya no estoy aquí. Me había enterado de las cosas maravillosas que se ocultaban detrás de lo que no podíamos entender, ¿lo sabías? Creo que jamás te lo conté.

Sé que tendrás miles de preguntas, que quizá te podría haber ahorrado el mayor de los disgustos, pero también sé que comprenderás mis motivos para deshacerme de todo lo que me mantiene aquí.

Desde que esto comenzó, después del miedo inicial, me di cuenta que no quería pensar en la posibilidad de volver a quedar en la oscuridad. Tú estás acostumbrada, todos lo estamos. No se puede comprender la felicidad cuando no se ha tenido, y quizá siempre será mejor así. El día de hoy ya no puedo escuchar.

Le he dado algo de tiempo a esta situación esperando que vuelva, que aquel rayo divino vuelva a mi, pero nada sucede. Creo que se ha tratado de un interruptor más dentro de mi cabeza, de esos de los que se encienden solo una vez.

Como te dije antes, siempre había tenido miedo de que esto terminara. Y lo hizo. Y ahora no sé que debo hacer para no sentirme completamente desamparado. No puedo volver a algo que antes era, y sé que sabrás comprender, quizá en tus limitadas maneras —como lo son las mías— que sin el canto de las aves, esto es un instinto de vida. No es más que una sombra. Gracias por reír el tiempo suficiente como para permitirme escucharte. Sabes lo hermosas que son las canciones, pero creo que todo es mejor cuando puedes sentirlas, de verdad.

Te pido que me perdones por el daño que te he causado. Te pido que me perdones por no haberte dicho lo mucho que significabas para mi, y por haberme salvado todos y cada uno de los días de mi existencia.

Espero que comprendas que vivir sin escucharte no es vida. Espero que tú sí puedas vivir sin mi. Yo no soy tan fuerte, pero quiero que sepas que antes que todo, siempre he tenido miedo.

Por cierto, le he dicho a tu padre que nos ayudes a entender el por qué. Sé que no soy el único, sé que tampoco seré el primero. Mucha suerte. Estaré muy bien, te lo prometo.

Te amo, con la vida.

—Gavin. Tu tonto y mejor amigo."

SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora