Capítulo 48- Las olas del amor

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La noche ya había llegado a la playa. Las nubes que había en la mañana se dispersaron a penas si el sol se escondió aunque esa brisa humeda se convirtió en una brisa bastante fresca que a cualquiera le calaban los huesos.

Todos estaban cenando en un restaurante Tiki que se encontraba bastante alejado de donde estaban hoy y donde estarían hasta mañana en la noche. Si, estaban en una de las playas en donde se les prohibía ir en la mañana pero como ya era bastante tarde y el lugar no estaba muy lleno, los dejaron cenar en aquel lugar, el cual estaba al frente de la costa.

Ya sé que dije que todos estaban adentro cenando pero... esta pareja era la excepeción. Virgo y Alex se encontraban caminando por la arena mojada mientras las pequeñas olas que llegaban a sus pies los cubrían. Ambos iban de la mano aunque la castaña no estuviera muy de acuerdo con aquello.

-Amor, creo que es hora de volver —su novia salió de su hipnotismo para voltear a ver al chico.

-Ah... ehm... claro —pasó un mechón de su cabello por detrás de su oreja. El viento estaba tan fuerte que todos sus mechones revoloteaban por el aire.

Como odiaba que el viento provocaba eso.

-Vir —la chica lo volvió a ver con sus mejillas heladas. -Estás rara desde hace tiempo —hizo que se diera vuelta para estar frente a frente. Tomó su mano libre para que ahora ambas estén entre sus manos.

La joven mordió el interior de su mejilla con fuerza. Casi sentía el sabor de la sangre en su boca. No quería decirlo pero tampoco podía hacerlo. Era difícil decirle todas las cosas en la cara al chico que la estaba viendo con dulzura y preocupación, era tan difícil...

-No es nada, Alex —soltó todo el aire que estaba reteniendo en sus pulmones. Eso no le dio una muy buena señal al chico así que no dejaría de insistir.

-Vamos dime. Puedes confiar en mi —la castaña bajó la cabeza cerrando con fuerza sus ojos. Era ahora o nunca...

Virgo subió la cabeza con sus ojos cristalizados buscando los de Alex. Apretó sus labios con fuerza como si no quisiera dejar que las palabras escapen. Estaba a punto de romperle el corazón y no estaba muy orgullosa de aquello pero era algo que tarde o temprano tendría que hacer.

-Eres un chico increíble. Lo sabes ¿no? —apartó con suavidad las manos de las suyas. Alex frunció el ceño por todo lo que estaba diciendo y haciendo.

-¿Qué ocurre...? —frunció el entrecejo preocupado por lo que le dijera. Virgo tomó todo el aire posible para seguir viéndolo a los ojos.

-Yo... yo —comenzó a desabrocharse un collar. Sus manos temblaban a medida que sus pocas silabas salían. -T-te debo una disculpa. Lastimosamente yo no puedo... no puedo sentir lo mismo que tu sientes por mi. Lo he tratado, traté de amarte como nunca más amé a alguien pero no pude —con sus mejillas cubiartas de las primeras lagrimas trató de ver la cara del chico. Estaba en shock, no sabía ni siquiera di lo que estaba escuchando era verdad. -Lo siento tanto... —agarró entre sus manos aquel dije que le dio cuando comenzaron a salir. -Encontraras a alguien que si merezca llevar puesto el collar de tu abuela —tomó la mano izquierda del chico para depositar aquel collar que fue de la abuela de Alex. Con suavidad cerró la mano del chico con el regalo que le había regalado a penas si comenzaron a salir.

-¿Cuanto... cuanto llevas guardando esto? —aún sintiendo la mano de la chica en la suya trató de averiguar lo último que quería saber de ella. -Quiero la verdad —su voz se quebró en algunas palabras. Eso simplemente destrozó el corazón de la chica.

-Desde que comenzamos a salir —Alex asintió suspirando con dolor en el pecho y con sus ojos al borde del llanto.

-Bien... —asintió bajando la cabeza. Virgo puso su mano en el hombro del chico.

TALENTOS ZODIACALES [TSZ] [#2 BSZ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora