Capítulo 43

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— No quiero ir.

Me aferré a la pata de la cama, mientras Lys tiraba de mi pierna.

— Debes de ir.

Negué.

No. Yo no quiero ir a comer con su familia loca. Hasta ahora no me había alegrado no tener una familia, pero ahora entiendo que eso fue lo mejor.

Aunque creo que no me queda de otra. Una vez al mes la familia real se reunía para mantener el equilibrio familiar, el cual ya se había perdido desde hace siglos, no sé que le hacen al cuento.

— Es necesario. ¿Crees que yo estoy feliz de hacer esto?

Le miró de reojo. No, no parece feliz. Mierda... Dejo caer la cabeza al suelo derrotada y me suelto sin avisarle, como resultado, al tirar el sale volando de nalgas al suelo.

Comencé a reír como foca. Sí, bueno, este es el futuro prospecto a Emperador.

— Tú, maldita cucaracha... — se levantó en dirección hacía mí, amenazante.

— No, espera, cariño podemos arreglar esto — fingí voz melosa que lo único que consiguió fue enfadarlo más. Sus alas se sacudieron con violencia. Me va a matar.

Pero antes de que llegará a mí, la puerta sonó. Mirándome con odio, preguntó;

— ¿Quién?

— Su majestad, la mesa está servida — era la voz de un sirviente.

Lysander no tuvo que responder. Se oyeron los pasos del sirviente irse por el pasillo. Mi "esposo' me dedicó una última mirada de recelo antes de levantarme del suelo y pararme frente a él.

Sus manos en mi cintura me mantenían quieta. Mientras los olanes de mi vestido azul se movían como olas en el mar.

— Vamos a ir. Y por todos los dioses existentes en el mundo, te pido que te comportes. ¿De acuerdo?

Por inercia asentí. Me sentí como niña regañada por su padre. Cuando envolvió mi brazo en el suyo y salimos del cuarto caminando como si nada, fue cuando me dí cuenta que él me había ganado.

¿Qué tenía este hombre que lograba aplacarme? Su aura me hacía sentir como una niña, al lado de su hermano mayor.

— ¿Sólo estarán tus padres y hermano?

Gruñó. Eso fue un no. Y me mantuve en silencio esperando su respuesta.

— El rey de los demonios vendrá

¡Oh, qué gran honor! Conoceré a otro rey. Una simple y mortal humana conociendo a los seres más peligrosos del mundo mundial. ¿Eso sonaba a muerte segura?

— ¿Y yo puedo estar allí?

Supongo que es alguien importante.

— Aunque es un rey, las hadas estamos sobre ellos. Inclusive tú, como mi esposa, tienes mayor rango que él.

Oh, vaya, ese inclusive me dolió en lo más profundo del orgullo.

— Además... — una sonrisa macabra adornó su perfecto rostro — estoy seguro que lo conoces muy bien.

— ¿A qué te refie...?

Jaló mi brazo para que me callara. Habíamos llegado al comedor. Entendí que a partir de ahora las respuestas iba a descubrirlas sola.

Nos anunciaron. Y las puertas del matadero, digo del comedor, se abrieron frente a nosotros. Me enderezó la espalda y me encaminó con extra elegancia dentro de la habitación.

Sueños HúmedosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora