Capitulo 52

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Un pequeño gemido escapó de su boca. Un ligero picotazo se había transformado en un beso voraz.

La lengua de Lys delineó los labios de Van, deslizándose entre sus dientes y cavando dentro de un modo profundo, áspero y desenfrenado.

Desde el ángulo donde yo me encontraba, en primera fila, ví como Lys lamió sus labios, mordiendo cariñosamente.

Las manos de Van se tambalearon, mostrandose dubitativo. Estaba entre separarlo y corresponderle, pero finalmente, le dio un ligero beso de regreso y se separaron.

— Te extrañé... — Lysander le dió un fuerte abrazo. Van correspondió y suspiró.

— Yo también.

Tuve el deseo de interrumpirlos y joder a Lysander, pero no pude. Se veían tan bien. Odio a Lys, pero nunca había visto a Van tan contento.

Supongo que así son las cosas realmente. Ni yo, ni mamá éramos su verdadera felicidad. Me sentía patética al sufrir toda una vida por culpa de una familia falsa.
¿Todo lo qué sentí también lo era?

Me deslice para llegar a Cass y Gil, quienes miraban asqueados la escena. Supongo que no a todos les gustaba ver el amor triunfar. Y yo estaba medianamente feliz.

Contenta, abracé a la súcubo. Me disculpé por haberla dejado atrás, pero realmente no tuve la oportunidad de regresar por ella. A penas y logré escapar.

— Entiendo. Logré escapar, pero este me siguió. ¿Por qué razón quieren matar al principito inútil?

— Lo saben todo. Desde el primer movimiento, hasta el último — me encogí de hombros. Sintiendo una gran impotencia.

— Así que ellos permitieron que ustedes se casarán aún sabiendo del plan de este bastardo — Gil, gruñó. Yo asentí. Me sorprendió que se dirigieran hacía Lysander de una forma tan despectiva, nunca pensé que ellos también le odiarán.

— Pero, ¿Cómo? — pregunté.

Van y Lysander, se acercaron a nosotros.

— Hola, esposo — le miré mal. Él me devolvió la euforia.

— Hola, Cucarachita. ¿Qué hiciste está vez?

Troné la boca. Ni siquiera me habían dado la oportunidad de hacer algo contra el imbécil de Lysander.

— Lo mismo que tú hasta ahora; nada.

— Tú... — gruñó. Van puso una mano en su hombro para calmarlo.

— Lys, comportate.

Van lo regañó. Le saqué la lengua y dije; — Te prohíbo andar con mi padre.

De inmediato, Lysander protesto.

— Ni siquiera es tu padre.

— Ni siquiera es tu novio. Eres más como su amante en turno.

Su mano se alzó a mi rostro. Me enfrente a él, esperando que se atreviera a golpearme, estaba más que dispuesta a regresarselo. Pero antes de que siquiera lo intentará, Van tomó su brazo y Gil se posó frente a mí.

— Te atreves, te corto el brazo — bramó, Gil, con sus ojos tornandose dorados y peligrosos.

Sin embargo, a Lysander no le parecía importarle nada más que la mirada enojada de Van.

— Van...

— No lleva mi sangre, pero la vi crecer, la crié, ella es mi hija, pensé que ya te lo había dejado claro.

Sueños HúmedosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora