Extrañaba mucho a mis bebés.
Me arrumé a SungYeol, ansioso y tratando de controlar mi desesperación para gritarle que se apurara, sabiendo que él también extrañaba a nuestros gatitos. Por mucho que bromeara sobre deshacerme de ellos, mis mininos eran lo que más quería en la vida, junto a SungYeol, y tenerlos mucho tiempo lejos me asustaba demasiado porque yo sabía que había gente mala en el mundo que podía quitármelos.
Después de todo, no eran híbridos completamente, no como yo, y temía que se los llevaran para experimentar con ellos.
—Gracias por el viaje —le dije a SungYeol cuando nos detuvimos en un semáforo, por lo que me miró con algo de sorpresa—. Eres el mejor novio del mundo.
Me sonrió y me sentí algo culpable por haberme portado tan mal los primeros días. Sabía que a veces me ponía caprichoso, tonto y grosero, no podía evitarlo, me gustaba que todo fuera como yo quería, causando que SungYeol tuviera mil dolores de cabeza, pero yo realmente lo amaba.
Yo amaba mucho a Lee SungYeol y estaba dispuesto a dar mi vida por él.
—Ow, bebé, eres tan lindo —me dijo, y le di un beso en los labios, ronroneando por la felicidad.
—Te amo mucho —contesté antes de que volviera a conducir.
Quince minutos después se detuvo fuera de la casa de DongWoo y me bajé del auto, tratando de controlarme para no ir corriendo a exigirle a mis hijos de regreso. Sin embargo, se me adelantaron porque la puerta de la casa se abrió.
—¡Papa Myungiieeeee! —chillaron cuatro demonios, corriendo hacia mí, empujándose para ver quien llegaba primero—. ¡Papa Yeeeoooool!
SungYeol se rió, ubicándose a mi lado mientras abrían el portón. Los dos nos inclinamos, recibiendo los abrazos de nuestros gatitos, que seguían chillando y gritando.
—Miaaaaaaaaaaaau Myungiieeee—escuché desde más atrás—. Miaaaaaaaaau Yeeeeoooool.
Tomé en brazos a Jiae, que comenzó a frotar su cabecita contra mi cuello, para luego mirar hacia adelante y ver a Jjongie apareciendo, caminando tan rápido como podía. A él no le gustaba mucho correr porque era un poco torpe y solía tropezar, frustrándolo hasta hacerlo llorar, así que sólo le sonreí y me adelanté. Se abrazó a mi pierna, mirándome con inocencia y una sonrisa enorme en su rostro.
—Hola, bebito —me incliné, y haciendo malabares con Jiae, que se aferró a mí enterrando sus uñas en mi ropa, lo tomé en brazos—, ¿te portaste mal? Dime que sí...
Me reí cuando comenzó a lamer mi carita.
SungYeol, en tanto, estaba discutiendo con los otros niños.
—No, ¡tómame a mí! —exigió SooYeol.
—¡No, yo, yo! —gritó MyungSung.
—¡Tengo sólo dos brazos! —explicó SungYeol.
—¡A mí, a mí! —chilló Yeollie.
Ja-ja, idiota.
—¡Yooooooooooooooongi! —gritó HoWon, apareciendo.
—SungYeol, vámonos ahora —exclamé queriendo huir de allí.
Muy tarde. HoWon me abrazó también, sonriendo ampliamente, y tuve que contener mis impulsos de patearlo porque estaba cargando a dos bebés.
—Te extrañé —lloriqueó HoWon.
—Yo no —escupí, aunque también lo extrañé un poquito.
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❥ | ➳[YeolSoo]
Fanfiction⇊FAVOR DE LEER⇊ ↝**AVISO IMPORTANTE**↜ ↬¡TENGO! la ¡AUTORIZACIÓN! de su autora original, Cotota, la cual le doy las gracias por ¡PERMITIRME! adaptar su obra original, , al YeolSoo. ↬Por lo tanto, esta historia NO me pertenece. Derechos reservados© a...