9 |Baño|

135 21 0
                                    

El día sábado, aprovechando que MyungSoo estaba durmiendo en el sofá, acurrucado y ajeno al mundo, abrí la ducha y dejé que el agua llenara la tina. La temperé para que MyungSoo no pasara tanto frío ni se quemara, preparándome para lo que se vendría en unos minutos.

Cuando terminé caminé hacia el comedor, encontrándome con MyungSoo todavía tomando su tercera siesta del día.

Suspiré, acercándome cuidadosamente.

—Mi amoooooooor... —le murmuré tocándole el hombro para despertarlo.

Lo vi fruncir el ceño para luego abrir sus ojos levemente, mirándome con molestia. MyungSoo odiaba que interrumpiera sus siestas de belleza, como decía él.

—¿Qué quieres? —me preguntó hoscamente.

Apreté mi mandíbula.

—Es sábado —le dije acariciándole el cabello.

—¿Y a mí qué? —gruñó entornando los ojos.

Traté de lucir duro a pesar de que no creía estar lográndolo. Me costaba mucho verme malo con MyungSoo, y el muy pendejo lo sabía bien.

—Voy a bañarte —declaré antes de tomarlo en brazos como una princesa.

—¡No! —se retorció, despierto repentinamente—. ¡No se te ocurra, SungYeol! —me miró, desesperado, pero no lo solté.

—¡Siempre es lo mismo, MyungSoo! —regañé—. ¡No te ocurrirá nada!

—¡Odio el agua! —chilló espantado—. ¡Además, ya me bañé ayer!

—¡Lamerte los brazos no es un baño!

—¡ESTO ES ABUSOOOOOOO! —gritó sin dejar de retorcerse—. ¡ABUSO ANIMAAAAAAAAL!

Ignoré sus gritos y súplicas, entrando al baño, y cuando vio la tina llena de agua comenzó a fingir estar llorando, acusándome que no lo quería, que lo estaba torturando y que me iba a odiar de por vida, pero no me inmute. Todos los sábados era lo mismo.

MyungSoo siempre me reclamaba que cómo híbrido, sus baños eran lamerse los brazos y rodillas además de frotarse todo el tiempo contra mí, queriendo que mi olor se impregnara en su piel. Según él, aquello era suficiente para sentirse limpio todo el tiempo. Incluso un día lo encontré en... pleno "baño", semidesnudo y revolcándose entre mis sábanas. Fue una imagen bastante tierna, para que voy a negarlo, sin embargo, MyungSoo debía comprender que tenía que bañarse en la tina también.

Más aun cuando acabábamos de follar y quedaba lleno de semen. A él no parecía molestarle en lo absoluto, le gustaba que me corriera en su interior, sin embargo, yo no iba a abrazarlo cuando estuviera todo pegajoso y con olor a sudor.

—¡VOY A MORIR! —chilló cuando hice amago de echarlo al agua.

Me quedé quieto y me miró con esperanza.

Luego, lo solté.

Su grito resonó en todo el departamento.

El agua salió de la tina, pero no me importó: ya estaba preparado para ello. MyungSoo, empapado totalmente, trató de salir de la ducha de forma desesperada, pero lo sostuve de los hombros y le eché agua a la cara. Su ropa ya estaba mojada, pero prefería hacer eso a luchar por sacársela fuera para que luego empezara a huir.

—Tranquilízate, por dios —dije exasperado, rompiéndole la playera.

—¡Odio el agua, es horrible, húmeda y asquerosa! —sollozó mientras su colita se metía entre sus piernas.

—No exageres —le desabroché el pantalón, quitándoselo de un tirón, y lo escuché gruñir—. Sabes, si dejaras de llorar tanto, esto sería mucho más rápido.

Tomé su ropa interior, pero manoteó mi mano.

—¡Puedo solo! —reclamó, pero ignoré sus palabras.

MyungSoo podía muy bien lucir como un chico de quince años, sin embargo, su mente era otra cosa. No sólo era gruñón y celoso, sino que también se distraía con facilidad, no tenía concepción del tiempo y comenzaba a jugar con lo primero que se encontrara, rasguñando y rompiendo todo lo que encontrara por puro placer.

Así que sabía muy bien que si lo dejaba solo podrían ocurrir dos cosas: su baño tardaría dos horas, o me haría llevarle sus juguetes para entretenerse en la tina, rompiendo algo con toda probabilidad.

Le quité la ropa interior, dejándolo desnudo, y escuché su maullido de reclamo.

Lo agarré de la cola, levantándose, y chilló una vez más.

Pero no me importé, echando jabón en todo su trasero para luego comenzar a frotarlo.

—Sin excitarse —le dije metiendo suavemente un dedo en su entrada.

La noche anterior se lanzó a llenarme de besos y de alguna forma terminé follándolo. Luego de eso se negó a bañarse, así que mi esencia debía seguir en su interior.

Lloró.

—¡Me lo estás... ah... haciendo... difícil! —dijo mirándome con ojos llorosos, y metí mi dedo más adentro—. ¡AH! ¡SUNGYEOL! —me observó con súplica—. ¿Por qué... me haces... esto?

Llevaba tanto tiempo haciéndole estos baños que sabía mantener mi cabeza fría en estas situaciones.

—Porque estás sucio y pegajoso —le regañé acariciándolo con suavidad—. Y no me gusta que me beses ni abraces todo apestoso.

—¡Huelo a ti! —protestó, y noté su leve erección—. Además... además me gusta que... te corras en mí... Así puedo... puedo darte gatitos...

Suspiré.

—MyungSoo, eres macho, no vas a quedar preñado conmigo. Ahora, si quieres gatitos, podemos buscarte una compañera y...

—¡No! —de forma sorpresiva, se soltó de mi agarre y tiró de mí dentro de la tina. Me quejé cuando el agua me humedeció por completo, pero antes de poder hacer algo, se subió sobre mí, mirándome con reproche—. Yo te quiero a ti, a ti, a nadie más. Eres mío, sólo mío, no quiero estar con nadie ni que tú mires a nadie —sus manos comenzaron a desabrochar mi pantalón.

—¡MyungSoo, te estoy bañando, no podemos hacer eso ahora! —protesté débilmente al sentir sus manos acariciando mi miembro por sobre la ropa interior.

Sacó mi miembro, mirándolo y sonriendo al verlo también un poco erecto.

—Córrete en mí, Yeollie—ronroneó, y supe que estaba en problemas al oírlo—. Si me das tu lechita prometo bañarme otra vez.

Ay, madre santa.

No era justo. No era para nada justo.

¡¿Cómo pretendía que me controlara si decía eso?!

Lamió la punta de mi glande con su lengua y gemí sonoramente. Su lengua no era suave como la de un humano, sino un poco áspera, pero de alguna extraña forma, eso sólo lograba excitarme enormemente.

—¿Mi... mi gatito quiere mi lechita? —gruñí tomándolo del mentón.

Me miró, pestañeando de forma inocente.

—La quiero en mi boca y en mi culo, daddy.

Bueno, siempre podía bañarlo en otro momento.

****

❥ | ➳[YeolSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora