24 |Ecografía|

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Luego de los dos meses, fue el día de que MyungSoo tuviera su tan ansiada ecografía.

Ese día me hizo llevarlo en brazos hacia la clínica, alegando que sus pies le dolían por el peso de cargar a mis cinco crías a pesar de que su estómago no fuera tan marcado por lo delgadito que era, sin embargo, cuando sus ojitos se pusieron llorosos ante mi negativa, no tuve más que llevarlo en mi espalda como si nada.

MyungSoo iba muy feliz, ronroneando en mi oído mientras su colita se balanceaba de un lado hacia otro para luego sentarse en mis piernas en tanto esperábamos nuestro turno.

—¿Qué quieres que sean? —preguntó curioso.

Le acaricié detrás de su orejita, distraído.

—Humanos —le dije en broma.

Me miró con mala cara, por supuesto.

—¡Yo quiero que sean bolitas peludas! —replicó, sus ojos iluminándose—. Pequeñas bolitas peludas de color negro, ¡y que digan miau miau todo el día!

—¿Quieres que sean animales? —pregunté incrédulo.

—¡Sí! —dijo MyungSoo como si nada—. Así no hablarán y sólo les daremos comida de gato como alimento. ¡Ugh, odio a los niños humanos!

—MyungSoo —dije con paciencia—, si no querías niños, ¿por qué entonces quisiste quedarte preñado?

MyungSoo me miró como si yo fuera tonto.

—Porque no me gustan los niños humanos, pero si son tuyos, bueno, puedo soportarlos un poquito.

Sentí mis mejillas rojas por sus palabras, sin embargo, antes de poder decirle algo me llamaron por el parlante para entrar a hacer la ecografía, y MyungSoo me siguió como un niño pequeño, emocionado por completo.

La doctora Hyerin les sonrió mientras los recibía en su oficina, sacando la ficha de MyungSoo para leerla.

—Hola, MyungSoo, ¿es tu primera ecografía? —preguntó la mujer con dulzura.

—No, el doctor Cha me hizo una para saber si tenía gatitos —dijo MyungSoo sin alejarse de mí—. Doctora Seo, ¿tendré gatitos peludos?

La mujer sonrió con cariño, con toda probabilidad acostumbrada a que le hicieran esas preguntas. Había buscado a la mejor especialista de la ciudad en embarazos de híbridos para tratar a MyungSoo, no quería que algo malo le llegara a pasar.

—No creo, MyungSoo, con toda probabilidad serán niños con alguna característica de gatito —dijo amablemente la doctora Hyerin—. Bueno, ahora puedes ponerte sobre la camilla y sube tu camiseta, ¿está bien?

MyungSoo puso una expresión compungida, sin embargo, obedeció tirando de mí y me senté a su lado mientras mi híbrido se acomodaba como si nada en la camilla, exponiendo su estómago abultado. La doctora se puso guantes para luego echarle gel en el vientre, esparciéndolo con la sonda.

—¿Cuánto tiempo llevas junto a SungYeol? —le preguntó la doctora a MyungSoo.

—Dos años y medio —dijo MyungSoo mirándome.

Arrugué levemente el ceño, preguntándome el por qué la mujer no me había hecho una pregunta directa a mí considerando que era el tutor de MyungSoo, sin embargo, no tuve que pensarlo mucho para saberlo.

La doctora debía estar indagando si MyungSoo estaba conmigo por gusto propio u obligado, porque si era lo último, debía comunicarlo a la policía.

—Oh, qué bonito —comentó Hyerin como si nada—. ¿Y se pusieron de acuerdo para tener bebés?

—No —dijo MyungSoo antes de que pudiera intervenir—, yo le di la sorpresa a SungYeol, casi se desmaya cuando el doctor le dijo que sería padre de cinco bebés.

Sonreí, avergonzado, mientras negaba con la cabeza.

—Vaya —dijo Hyerin con una nota de humor en su voz—, ¿entonces será mal momento para decir que tendrá siete?

Me atraganté con mi saliva.

—¿De verdad? —preguntó MyungSoo con emoción.

—¡¿Qué?! —chillé horrorizado.

—Es broma, tranquilo —dijo Hyerin entre risas, negando con la cabeza—. Tranquilo, serán cincos, el doctor Cha no se equivocó —apuntó a la pantalla sin dejar de mover la sonda—. Aquí, míralos. Son todavía muy pequeñitos.

Maldiciendo entre dientes por la broma que me hizo la doctora, observé la pantalla.

Y lo que vi me dejó boquiabierto.

Sólo vi puntos negros.

¿Acaso era mal padre si no veía nada?

Tragué saliva.

—¡Oh, son muy pequeñitos! —apoyó MyungSoo sonriendo.

¿Acaso era el único que no veía nada?

Debía ser el peor padre del mundo.

—Están todos muy sanos —agregó Hyerin sin dejar de mirar la pantalla—, y todos parecen estar creciendo en la posición que deben. Oh, y aquí... —sonrió con diversión—. Serán padres de cuatro niños y una niña.

—¿Sólo una niña? —pregunté sorprendido.

—¡Se llamará Dory! —dijo MyungSoo sin dejar de sonreír—. Kim Dory.

—Es horrible, MyungSoo.

Mi pequeño gatito me sacó la lengua.

—Ahora les sacaré unas fotografías para que se las lleven a casa y todo bien —dijo Hyerin moviendo sus dedos por el teclado—. Deberán volver en un mes para otra ecografía, ¿bien? Y después fijaremos la fecha de la cesárea.

—¿Me quedará una cicatriz muy horrible?

—No, cariño, te lo prometo.

Ayudé a MyungSoo a limpiarse para luego ponerse de pie, y le di un beso en la frente.

—¿Podemos ponerles Nemo, Marlin, Tiburoncín, Chiqui y Dory? —preguntó MyungSoo como un niño pequeño.

Me reí, dándole otro beso ahora en los labios.

—Vamos a pensarlo, bebé.

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