De todos nuestros demonios, MyungSung era el más inteligente y astuto de todos ellos.
Con la corta edad de dos años y medio, MyungSung ya podía correr por toda la casa sin caerse, además de poder avanzar con la pequeña bicicleta de madera que les compramos empujándose con sus pies para así no caerse. Le gustaba jugar con sus muñecos de Buscando a Nemo que MyungSoo le había comprado a escondidas mías, y los dos se entretenían repitiendo los diálogos de la película como hacían en ese momento.
—A partir de este momento llevarás el nombre de Tiburoncín —recitó MyungSoo con el juguete de Gill.
—¡Tiuoncin, uh-ha-ha! —chillaba MyungSung tomando el resto de los juguetes.
—¡Bienvenido hermano Tiburoncín! —seguía gritando MyungSoo.
—¡Tiuoncin, uh-ha-ha! —gritaba MyungSung.
—¡Suficiente con el Tiburoncín! —le retaba MyungSoo.
Pero en lugar de seguir con el diálogo, MyungSung se asustaba y ponía a llorar.
Sí, MyungSung era un niño que aprendía rápido, pero sacó mi valentía.
—No llores, MyungSung —le dije tomándolo en brazos mientras MyungSoo bufaba.
El resto de los bebés estaban sentados en el suelo, rodeados de juguetes: Jiae y Yeollie se dedicaban a tratar de resolver un rompecabezas en tanto SooYeol ayudaba a Jjongie a colorear un dibujo sin salirse de la línea. Con MyungSoo nos habíamos dado cuenta de que el menor de los bebés tenía unos pequeños problemas psicomotores y poca coordinación con sus movimientos. Debido a ello, le estábamos enseñando a sus hermanos a ayudarlo en todo lo que fuera posible y nunca dejarlo solo, porque Jjongie solía frustrarse con facilidad si las cosas no le resultaban bien.
La colita negra de MyungSung se metió entre sus piernas, sorbiendo su nariz cuando se lo pasé a MyungSoo, que comenzó a arrullarlo para calmarlo.
—¿Por qué eres tan cobarde, MyungSung? —regañó MyungSoo con voz suave—. Eres casi tan cobarde como tu papá.
—Oye —me quejé indignado.
—¡SERPIENTE! —gritó MyungSoo de pronto.
—¡¿DÓNDE?! —chillé subiéndome sobre el sillón, aterrado. Los bebés comenzaron a reírse sin control mientras MyungSoo me miraba con burla, riéndose con esa adorable risa que tenía.
Le saqué la lengua, enfurruñado, y MyungSoo dejó a MyungSung en el suelo, que no tardó en limpiarse las lágrimas solito para después volver a sus juguetes, comenzando a ordenarlos.
Me senté en el sofá, MyungSoo tirándose a mis brazos con un ronroneo, y miramos a los bebés jugar. Sabíamos que cuando cumplieran los tres años los tendríamos que inscribir en alguna guardería, sin embargo, nos preocupaba un poco eso considerando que eran cinco bebés que sólo habían interactuado entre ellos.
—Ngh...
El maullido lastimero de Jjongie llamó nuestra atención. SooYeol parecía haberse aburrido porque ahora estaba al lado del menor jugando con una pila de bloques y Jjongie estaba coloreando solo, su manito pequeña apretando el lápiz con sus cejas fruncidas en concentración, coloreando de celeste la cabeza del caballo. Sin embargo, se estaba saliendo de los bordes, y eso parecía frustrarlo mucho, porque después chilló con enojo y tiró el lápiz, pegándole a SooYeol en la frente.
—¡Jjongie! —chilló SooYeol con los ojos llorosos.
Jjongie soltó un maullido de resignación, tratando de ponerse de pie con esfuerzo, dando unos torpes pasos hacia MyungSung, y se sentó a su lado de golpe, cruzándose de brazos.
—¿Jjongie? —preguntó MyungSung como si nada, con curiosidad, mientras SooYeol hacía una pataleta sin dejar de frotar su frente.
—Miau —murmuró Jjongie hipando.
—Miau, Jjongie —contestó MyungSung revolviéndole el cabello a Jjongie con cariño.
MyungSoo suspiró, separándose para tomar en brazos a SooYeol y dándole un besito en la frente. El bebé no tardó en acurrucarse contra MyungSoo mientras mi novio se recostaba a mi lado, observando a MyungSung y Jjongie ordenando los juguetes en silencio.
Los dos parecían entenderse muy, muy bien.
—¿En qué piensas, cariño? —le pregunté a MyungSoo con curiosidad.
—No quiero que vayan a la guardería —se quejó en voz baja, preocupado—. ¿Y si la pasan mal? ¿Y si se ríen de las orejitas de SooYeol? ¿O no dejan dormir a Yeollie? ¿O le tiran la colita a MyungSung? ¿Y si se burlan de que Jiae sea híbrida? ¿Y si molestan a Jjongie por no poder hablar? ¡No quiero que la pasen mal, SungYeol! Mejor dejémoslos en casa, yo los educaré y–
—MyungSoo, MyungSoo, calma bebé —farfullé ante toda su palabrería veloz—, no pasa nada. No la van a pasar mal, lo prometo. No se van a reír de ellos porque irán a una guardería para híbridos y humanos, no van a estar solos, ¿bien? Además, ¿cómo los vas a educar tú?
—Podría enseñarles a cazar ratones, supervivencia básica, idiota.
—¡No me digas idiota, Kim MyungSoo!
—¡Idiota, idiota!
—¡Idota, idota! —repitió SooYeol riéndose.
Miré a MyungSoo con incredulidad mientras SooYeol seguía riéndose, repitiendo la palabra como si nada. Mi gatito me miró como si no hubiera hecho nada malo, y en realidad, no lo era, supongo que podía pasar por alto que por su culpa ahora el mayor de nuestros bebés estuviera repitiendo eso como si nada y que–
—¡Melda!
Me volteé, viendo los juguetes de MyungSung en el suelo y al pobre de MyungSung frunciendo el ceño en tanto Jjongie trataba de imitarle.
—¡Miau miau! —gritó Jjongie.
La escena me habría parecido tierna si no hubiera sido por la palabra que gritó MyungSung.
—¡Melda, melda, melda! —repitió enfurruñado.
—¡MyungSung! —grité escandalizado—. ¡¿Quién te enseñó esa fea palabra?!
—¿Uh? —el rostro de MyungSung se iluminó—. ¡Papa Myung fue!
Me di media vuelta dispuesto a pelear con MyungSoo, pero mi gatito ya no estaba en el sillón, sólo SooYeol estaba sentado allí como si nada.
—Papa Myung se fe a Dusia —dijo SooYeol asintiendo.
—¡Doble melda! —gritó otra vez MyungSung.
MyungSoo no comió atún por dos semanas como castigo.
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❥ | ➳[YeolSoo]
Fanfiction⇊FAVOR DE LEER⇊ ↝**AVISO IMPORTANTE**↜ ↬¡TENGO! la ¡AUTORIZACIÓN! de su autora original, Cotota, la cual le doy las gracias por ¡PERMITIRME! adaptar su obra original, , al YeolSoo. ↬Por lo tanto, esta historia NO me pertenece. Derechos reservados© a...