❥ | ➳[YeolSoo]

55 |Castigo Divino|

A mí no me gustan mucho los bebés.

Tal vez si los tengo sólo por unos minutos, siendo consciente de que sus padres van a irlos a buscar en media hora, no hay problema alguno. Después de todo, no son míos.

Pero ahora estaba a cargo de cinco demonios con otros dos híbridos que, a veces, se comportaban como bebés.

¿Cómo es que yo, Jang DongWoo, quedé al cuidado de los hijos de mi mejor amigo SungYeol y su novio-demonio MyungSoo? Todo fue culpa de SungGyu y WooHyun.

¡WooHyun tuvo un celo repentino y SungGyu apareció de pronto en mi casa, llevando a los cinco niños, diciéndome que había llegado el momento de responder yo por mis sobrinos!

Diosito, ¿qué he hecho para merecer esto?

—¡Es mío! —gritó HoWon, agarrando las patas de su peluche de Nick y tirando de él—. ¡Suéltalo!

—¡No! —gritó SooYeol, enfurecido, agarrando al juguete del cuello—. ¡Su-el-la-lo tú!

—¡Sí! ¡Suelalo! —concedió MyungSung, agarrando a su hermano mayor de la cintura para apoyarlo.

SungJong, en tanto, estaba agazapado sobre la mesa, rechinando sus dientes, sosteniendo a Jjongie contra su regazo. El menor de los Lee sólo ronroneaba, ignorando que SungYeol jr y Jiae estaban siseando hacia SungJong, ordenando que soltarán al gatito menor.

¿Y yo? Yo estaba a punto de romper a llorar por el desastre.

—¡Basta, no hagan eso! —regañé, acercándome primero a HoWon—. ¡HoWon, entrégales ahora el peluche!

—¡Pero es mío! —reclamó, soltando el juguete, y debido a que los chicos seguían tirando, se fueron hacia atrás, cayendo de espalda.

—¡MIAAAAAAU! —chillaron antes de romper a llorar.

—¡Ja, eso les pasa por idiotas! —se burló HoWon, arrancándoles el peluche.

—¡No, HoWon, entrégamelo ahora! —ordené enfurecido.

HoWon me sacó la lengua.

—¡DongWoo apesta, DongWoo es un idiota, DongWoo tiene hongos en los pies! —cantó desafinadamente, corriendo hacia nuestro cuarto.

Estaba teniendo un dolor de cabeza en ese instante.

Me acerqué a ayudar a los niños, poniéndolos de pie mientras limpiaban sus ojos, y les dije que fueran a jugar al patio, que había una pelota por si querían usarla.

Luego de eso, fui a la mesa, hacia SungJong que ahora les enseñaba los dientes a los dos niños.

—SungJong —dije con voz grave—, dame a Jjongie, ahora.

Mi conejito hizo caer sus orejas, sus ojos llenándose de lágrimas.

—¡Pero es mi bebé! —balbuceó, negando con la cabeza.

—No, no lo es —contesté, importándome poco si sonaba demasiado duro porque estaba frustrado.

SungJong, titubeante, me dio al menor de los Lee, que me miró con ojos inocentes.

—¿Miau? —balbuceó.

—Ve a jugar con tus hermanos —le dijo dulcemente, dejándolo en el suelo, y Jiae y SungYeol jr le tomaron la mano, llevándolo al patio.

SungJong se puso a llorar al verlo partir.

Froté mi frente.

—¡Eres malo! —sollozó, sorbiendo por su nariz—. ¡Te odio!