2 |Kim MyungSoo|

145 28 2
                                    

MyungSoo estaba durmiendo, con su linda colita enrollada, y respiraba con tranquilidad abrazando a su pescado de peluche. Se ve tan inocente y lindo... 

Quién hubiera pensado que ese lindo gatito te saca las garras apenas toques su linda y peluda colita. 

Lo recuerdo, recuerdo muy bien cuando adopté a mi lindo gatito. Fue hace dos años, en un refugio de híbridos, de cinco horas de aquí en automóvil. Un gran refugio que rescataba a todos los híbridos que fueron creados para cualquier cruel entretenimiento. 

Un día mi mejor amigo, DongWoo, me pidió que lo acompañara, ya que quería rescatar un conejito muy lindo. Así que decidí aceptar, aunque esos lugares no me gustaran mucho. 

—En serio, DongWoo, ¿quién es? Hay muchos —dije, mirando a mí alrededor a muchos personas, con orejas, colas o cualquier característica animal, sin poder ocultar mi nerviosismo. 

Esto no era un lugar para nada lindo. Algunos tenían heridas, unas no graves y otras sí, como raspaduras en sus rodillas o manos. Golpes en sus mejillas, labios rotos, moretones grandes en el cuello o cualquier parte del cuerpo. Tuve el deseo de rescatar uno, y llevarlo a mí casa y cuidarlo, ya que no parecían tener más de diez años. 

—¡Aquí esta! ¡Bolita de nieve! —gritó DongWoo, atrayendo mí atención y vi cómo se acercaba a un chico de cabello castaño, que lucía tan pequeño, indefenso y totalmente lindo. 

Tenía orejas largas y peludas color blancas, ambas caídas sobre su sedoso cabello cómo demostrando su estado de ánimo. Pareciera triste, pero noté con asombro que ambas orejas peludas se alzaron al ver a DongWoo, y pude notar mejor su rostro y vestimenta. Tenía ojitos bonitos, una nariz un tanto grande y labios finos. Una total lindura. 

—¡DongWoo! ¡Viniste! —chilló el conejo, mientras era recibido en los brazos de mi amigo y le regalaba un beso en la mejilla.

—Estoy aquí, bolita de nieve. Te prometí que te sacaría de este feo lugar y te llevaría conmigo —el pequeño conejito, que no parecía tener más de cinco años, se rió para luego besarle la mejilla, mirándome unos segundos después. 

Le sonreí, pero el niño ocultó su rostro contra el cuello de DongWoo. 

—Tranquilo, Jjongie —DongWoo le acarició la nuca, pidiéndome disculpas con la mirada—. No le gusta mucho la gente grande —mi amigo le dio un pequeño besito en la frente—. Es mi amigo, Jjongie, se llama SungYeol. ¿Quieres saludarlo? 

Pero Jjongie negó con la cabeza, tratando de ocultarse en los brazos de DongWoo. 

Le dirigí una mirada tranquila a mi amigo, diciéndole que no se preocupara, que entendía la actitud del pequeño conejito. 

Después de todo, ese refugio se encargaba de rescatar híbridos de zoológicos, circos y prostíbulos. Todos esos pequeños niños habían visto cosas horribles, era normal que desconfiaran de algún recién llegado. 

—Llevaré a Jjongie al auto, SungYeol —me dijo DongWoo—. ¿Quieres quedarte un tiempo más? 

Asentí, medio distraído, viendo a algunos niños corretear en el patio de juegos. 

Suspiré, negando con la cabeza, comenzando a caminar por el pequeño sendero, pensando en la posibilidad de llevarme a alguno de ellos y todo lo que significaría para mí. Después de todo, tenía sólo dieciocho años, hacerme cargo de un híbrido me quitaría un montón de tiempo y necesitaba concentrarme en la universidad. 

Pero... 

—¡AY, MALDITO DESGRACIADO! 

Me sobresalté al escuchar un chillido de dolor seguido de esas palabras y miré al suelo, viendo que estaba pisando... 

❥ | ➳[YeolSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora