SÁTIRO

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Mientras ella dormía plácidamente, alguien tocó la puerta y logró sacarla de su tiempo de descanso

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Mientras ella dormía plácidamente, alguien tocó la puerta y logró sacarla de su tiempo de descanso. Ella aun adormecida, se paró y se aproximó a la puerta, al abrirla se encontró con los dos sujetos que vio en el primer piso. Abrió solo un poco la puerta y los miró con un ojo cerrado.

—Piero y Bellucci, ¿cierto? —Ellos sonrieron, de inmediato, por supuesto Bellucci estaba atrás de Piero, como la primera vez que los vio, al parecer él tenía ciertos problemas de autoestima, pero ver a los dos amigos juntos era adorable.

—Sí, el Doc nos dijo que necesitabas a unos guías, y pensamos... ¡nosotros conocemos el Ferri como nadie! ¡Deberíamos ser nosotros! —dijo Piero súper emocionado y River no pudo evitar reír.

—Además... pensamos que tendrías hambre... —logró decir Bellucci y River notó el esfuerzo que le costó. Así que decidió ser amable con él.

—Es un gesto muy dulce de tu parte, gracias. Y si, la verdad... muero de hambre, ¿Dónde puedo conseguir comida?

—Aquí mismo en el sexto piso hay una zona de comida totalmente de lujo, pero... —comentó Piero y le indicó que se acercara para contarle un secreto. —Aquí entre nos conocemos un lugar donde cocinan lo mejor del mundo...

—Lo mejor de mundo...— repitió Bellucci y River sonrió encantada.

—Entonces, vamos. —River salió de su habitación en ese momento y los siguió por los pasillos, pasando por el elevador y llegando hasta el primer piso de Ferri. Donde después de fijase que nadie pasara abrieron una puerta y bajando unas escaleras de caracol logró ver que había una cocina y un comedor, parecía una especie de Club secreto. — ¿Pero qué es esto?—preguntó emocionada mientras ambos la miraban orgullosos de sí mismos.

—Aquí nos juntamos los que servimos directamente al capitán, en este lugar venimos a platicar y a descansar de todo, por lo regular es en la noche, cuando el capitán duerme ya que así no nos pide nada más. —respondió Piero y River pasó sus manos por la pequeña que parecía ser industrial.

— ¿Y él no conoce este lugar?— preguntó River sin creer que alguien con ese temperamento aguantara que le escondieran algo así.

—Él sabe que todo el primer piso es para todos nosotros, pero teniendo todo el lujo que tiene en el sexto piso... dudo que alguien día quiera bajar a convivir con nosotros.

—Él es parte de la Elite, no es de nuestro mundo. —dijo Bellucci apenado.

—Bueno... él no está aquí pero yo sí, claro no es lo mismo, yo solo seré su asistente.

—Así se habla hermana, ya no tardan en llegar los demás, toma asiento donde más gustes.

River se sentó en uno de los bancos de madera que había y a su lado Bellucci quien después de unos minutos de confianza logró entablar una conversación con ella, aun tartamudeaba un poco pero ya era un avance. Después de un rato llegó Ana María, algunos inmigrantes que ella aun no conocía, también llegó un hombre llamado Ribbs quien su labor más grande era estar en la popa del Ferri pero en el horario nocturno descansaba y por supuesto también llegaron ambas mucamas de River, Megan y Elizabeth.

Cuando se trata de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora