DOBLE ANDANTE

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- ¿Por qué? No soy nadie

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- ¿Por qué? No soy nadie...

-No, no... no digas esas estupideces, claramente tu eres mucho más que cualquier otra mujer, pero al parecer tu eres la única que no se da cuenta de ello. -le dijo acariciando sus labios mientras solo lo escuchaba, << ¿Por qué me mira así? ¿Y por qué mi corazón quiere tenerlo cerca? ¡No puedo, tengo que alejarlo, podrá quejarse de su hermano, pero él es igual!>>, pensó River un poco desesperada, veía como él miraba sus labios y vaya que quería besarla, y justo cuando lo haría, ella giró su cabeza evitando que lo hiciera, Christopher frunció el ceño, <<a mí nadie me rechaza...>>, pensó un poco ofendido y tomando su cara con ambas manos la obligó a besarlo.

No había movimientos bruscos, sus labios se movían despacio, él los mordía con delicadeza, disfrutando cada parte suave de su boca, <<ella no se está quejando... ¿significa que le gusta?>>, pensó aterrado, ¿por qué le importaba tanto que ella lo aprobase? Ella tenía algo que ninguna tenía, ¡no sabía que era! Podía ser el tono apiñonado de su piel, sus ojos con sus enormes pestañas que bailaban con cada parpadeo, ¡por que no era solo su cuerpo con curvas! Ella era más que su físico, quería que fuera suya, pero no solo en la cama, no... él la quería para más, algo en su interior le pedía pasar más tiempo con ella, quería estar para ella y preocuparse por ella, ¿por qué? aun no lo entendía, pero sin duda ese beso había sido la diferencia de un antes y un después, ahora no solo podía ser su asistente, no lo iba a permitir, y claro que ocuparía su cargo para tenerla a su lado.

Cuando ambos separaron sus labios, no abrieron los ojos, Christopher porque sabía que si la veía querría más que un solo beso, y River por que había querido huir de ese beso y le daba pena el verlo a los ojos.

- ¿Por qué?- preguntó River parándose de la cama y empezó a caminar de un lado a otro.

-Porque yo soy el capitán y hago lo que me plazca aquí, porque me atraes desde que te vi en la casa de tu abuela, y porque no es un maldito pecado besar a la persona que te gusta.

-Yo no vine a esto, he resuelto la estúpida formula de su abuelo y casi nos mata, yo... yo no puedo quedarme más tiempo... << ¿Por qué siento que estoy diciendo cosas que no quiero decir?>>, pensó enojada consigo misma. -Así que... regresaré con mi abuela...

-No, no irás a ningún lado, antes muerto que dejar que regreses con esa familia de mierda, ahora regresa a la maldita cama, estás descalza, amor. -le indicó queriendo tomarla del brazo pero ella dio varios pasos atrás.

- ¡Me importa un maldito comino que esté descalza!, mi familia no es la mejor pero es mi familia, y también puedo decidir vivir sola después de todo, ya soy mayor... -y de nuevo tosía doblando un poco su cuerpo...

-Déjame ayudarte...

-No... -tosió una vez más y separó su distancia con su brazo. -Usted se queja de su hermano y es exactamente igual... -un nuevo ataque de tos la hizo caer de rodillas y de inmediato la cargó de nuevo y tapándola presionó el botón para llamar a Mark.

Cuando se trata de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora