IMMORTALIA

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Cuando todos los monjes terminaron de desayunar, Halley, Christopher y los mosqueteros se dirigieron a la capilla donde Aramís se encontraba siempre

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Cuando todos los monjes terminaron de desayunar, Halley, Christopher y los mosqueteros se dirigieron a la capilla donde Aramís se encontraba siempre.

— ¿Y entonces? ¿Lograste comunicarse con los dioses?— le cuestionó Halley casi de inmediato y Aramís asimiló su pregunta haciendo un poco de suspenso.

—A decir verdad... sí. —Dijo firme y los demás sonrieron. —Logré comunicarme con... Anubis.

— ¿Y que dije?—preguntó Christopher.

—Dijiste que... sería interesante, —Christopher al escuchar esto frunció el ceño. —no quiero ser pesimista pero, sonabas muy interesado en conocerse, ya sabes ustedes dos con ellos, ¿o con ustedes? Cada vez es más difícil referirse a ustedes.

— ¿Y eso que significa?— preguntó confuso Athos y Aramís continuó.

—Significa de ellos están dispuestos a escuchar, y de hecho... me dieron un objeto que los transportará con ellos. —Aramís se giró y sostuvo entre sus manos una caja de madeja un poco larga, después la abrió frente a ellos dejando ver una hermosa espada corta de oro, y sobre ella escrita con una hermosa letra la palabra "Halley"

— ¿Por qué mi nombre está escrito en esta espada?

—Esta espada es de la mismísima Helena, fue un regalo por parte de la esposa del dios Hefesto...—respondió sacando la espada.

—Un momento, —interrumpió Christopher atando cabos. — ¿por esto Eros le decía "Halley" a Helena? ¿De aquí sacó el nombre?

—Pues, no lo sé... pero, podrás preguntárselo tú mismo, ahora por favor, ambos toquen la espada, les deseo mucha suerte. —dijo finalmente Aramís mientras que Halley miraba rápidamente a Athos después tocaron la espada y una gran luz inundó la habitación.

Ambos se habían tomado la mano sin abrir los ojos, y justo cuando empezaron a escuchar a las aves cantando a su alrededor los abrieron. Frente a ellos había una enorme construcción parecida a una enorme universidad. Los campos eran enormes y varios estudiantes con uniformes de colores caminaban de un lado a otro.

— ¿Dónde estamos, Jack?

—No tengo ni idea... un minuto, ¿ese es un minotauro?—preguntó observando al enorme ser pasar a su lado como si fuera lo más simple del mundo para él. Y mientras intentaban entender que ocurría alguien chocaba con Halley.

— ¡Oh Halley! ¡Perdona, oye justo a ti te buscaba! —comenzó a gritar feliz una muy hermosa chica de cabello castaño oscuro y unos ojos muy profundos color de mar, esta chica tomó a Halley del brazo y comenzó a caminar con ella mientras que Christopher las seguía sin entender que ocurría.—¡Necesito que te pases a mi jardín, las flores bebé han germinado de maravilla! Y no se diga de los frutos saca sueños, le diría a Pólux que los pruebe pero ya sabes, siempre me dice... "Debes de pedirle eso a mi hermana, tengo miedo de que me hechices" así que aquí estoy rogando un poco de tu muy preciado tiempo. —la chica puso cara tierna para convencerla mientras otro alumno pasaba y saludaba a la chica.

Cuando se trata de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora