DE TAL PALO TAL ASTILLA

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— ¡Con una mierda, no te me acerques! ¿Porque desperté en tu cama? ¿Cómo fue que llegué aquí? ¡Si me tocaste te juro por mi vida que meteré mi puño a tu trasero!—Christopher no podía parar de reír de ver su impresión, era obvio  que ella cuan extr...

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— ¡Con una mierda, no te me acerques! ¿Porque desperté en tu cama? ¿Cómo fue que llegué aquí? ¡Si me tocaste te juro por mi vida que meteré mi puño a tu trasero!—Christopher no podía parar de reír de ver su impresión, era obvio que ella cuan extremo podía llegar a ser por cumplir sus metas.

— ¿Quién me crees? ¿Un violador en potencia?— logró preguntar aguantando la risa mientras ella se tapaba con una sábana, aquella pijama no dejaba mucho a la imaginación.

— ¡No lo sé! ¡Tú dímelo!

—Bien te explicaré, — dijo respirando despacio y al fin logró hablar sin reír. —ayer mientras cenábamos puse una pastilla en tu vino que serví mientras cocinabas, no fue inmediata por que la combinaste con comida, pero bueno, despues entramos un poco por la fuerza a tu habitación...

— ¿Entramos? ¿Tú y quienes más?

—Yo y el equipo del salón de belleza, te hicieron un corte... despues un tinte, despues yo te traje, te vi muy incómoda con todo lo que te pusiste para dormir, así que mandé a traer varios diseños y ese que llevas me encantó, te lo puso Ana María, ella te arropó y yo me acosté después para dormir, punto.

— ¡¿que?! ¡Eres un bastardo demente! ¡Estás loco si crees que me quedaré en tu habitación!— gritó enfurecida y esta vez no le importó salir en la sexi pijama, su habitación estaba al lado así que cuando llegó... dicha habitación ya no existía, solo era una pared, estaba muy enojada y las risas Christopher no ayudaban mucho, una poca parte de la tripulación había pasado caminando y observaba lo ocurrido, pero ninguno se esperaba que esta vez River perdiera la paciencia y se acercara a Christopher para darle una fuerte bofetada haciendo que este dejara de reírse, ahora él solo miraba a un punto en específico mientras ella continuaba.—¡No soy una maldita muñeca de mierda como a las que estás acostumbrado, me largo de aquí!— Y en cuanto Christopher se enderezo miró con frialdad a River.

—Tú no irás a ningún lado, mocosa engreída... —la tomó del brazo y la metió de nuevo a su habitación, despues la pegó contra la pared y la tomó por el cuello sin hacer presión. — ¡Si vuelves a tocarme así frente a mi tripulación yo mismo cortaré tu hermosa garganta frente a todos! ¿Entendiste?

—No lo harías...— dijo más tranquila observando que él perdía la paciencia.

— ¿Por qué no? ¡Ya me diste una muy buena razón ahí afuera!

—Porque no estás haciéndome daño Jack...—de nuevo al escucharla decir el nombre que únicamente ella conocía sintió una extraña paz,—Ni siquiera estás haciendo presión en mi cuello con tal de no lastimarme... —de repente aquella inexistente presión en su delicado cuello se transformó en una caricia sugerente, River sintió algunos cosquilleos en su vientre, ahí estaba con él en su habitación, ella usando esa pijama sexi y él solo cubierto por la parte baja de su pijama, en ese momento solo pedía una cosa, poder acariciar el abdomen de Christopher... y para agregarle pimienta al guiso estiró sus brazos y acarició su cara bajando por su cuello y con delicadeza y una respiración entrecortada llegó a ese abdomen que tanto deseaba sentir, de inmediato Christopher sintió los ojos al sentir el contacto, no necesitaba presionarla, ella se acercaba sola, como un temeroso venado acercándose al cazador que ya estaba rendido y ante su presa. Él abrió los ojos y con su pulgar acarició los labios de River.

Cuando se trata de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora