- ¿El asesino? -susurró River y Christopher asintió, ella se enderezó tensa pues sabía que arriba de sus cabezas había varios pasos, significaba que no era "el asesino" eran "los asesinos" Christopher sacó su teléfono y buscó el contacto de Mark, envió un mensaje rápido y lo puso en modo silencio. - ¿Qué hacemos?-pero Christopher solo pensaba.
-Ven, tengo una idea. -dijo finalmente y tomándola de la mano la guió por el pasillo lejano y oculto que había en esa habitación. Él empezó a quitar cajas sin hacer tanto ruido y cuando lo logró salió por una parte del Ferri que no estaba habitada, justo en el antiguo polvorín de su abuelo, el lugar estaba muy oscuro y parecía no haber sido renovado desde hacía muchísimos años. -Debemos salir de aquí... rápido. -logró decir algo enojado por la situación, los dos corrían por el largo pasillo hasta que al levantar la vista notaron que había alguien parado en la única salida disponible, a la lejanía era posible ver que la persona vestía un traje negro y una enorme mascara de cuervo totalmente detallada, en su mano cargaba una escopeta y se mantenía quieto esperándolos.-mierda... -y tras querer dar la vuelta ya era imposible, pues había otro hombre con mascara de conejo igual de realista que la anterior, y a ellos dos les acompañaba una mujer con un vestido elegante con la máscara de una paloma blanca.-Quédate de las de mí, amor.
River estaba pálida, puesta la escena parecía sacada totalmente de una película de terror, por algún motivo sabía que las cosas no iban a salir bien, y que probablemente ambos morirían.
- ¡¿Que mierdas quieren?!- vociferó Christopher sin soltar a River.
-Creo que eso es bastante obvio, capitán Christopher Willmont. -respondió el hombre con cabeza de cuervo, y al oír su voz etérea, calmada y casi cansada Christopher lo recordó.
-Tú... tú fuiste quien llamó, pedías que te dijera Señor Cuervo, ¿no es así?
-Así es, es un verdadero placer poder conocerlos... una vez más, sin embargo, no podremos conversar por mucho tiempo, la sola existencia de ustedes dos no es normal, todo debe de tener un equilibrio. Para que otras personas también tengan la oportunidad de vivir... ustedes deben dejar de volver a nacer... una y otra vez. -y en cuanto dijo esto, Christopher subió la pistola apuntándole.
-Vete al carajo... si no te quitas te volaré la cabeza, cuervo de mierda. -lo amenazó Christopher y un segundo despues escuchó como la pareja que estaba de tras de ellos cargaban sus armas también recargándolas. Christopher bufó impotente y pensó una solución inmediata.
-Tire su armas capitán. -Le ordenó el señor Cuervo. -les daré un minuto para que se despidan de nuevo. -Christopher de inmediato se giró hacia River quien tenía los ojos llorosos.
- Te dije que no permitiría que nadie te asesinara esta vez, y lo voy a cumplir. ¿Confías en mí, amor?- preguntó susurrando Christopher a River quien no podía dejar de temblar.
-Yo... yo confió en ti, pero no hagas nada tonto, Jack, por favor... te necesito ¿entiendes? Yo prefiero morir a vivir en un mundo en el que no estas. -le dijo llorando, Christopher sonrió y tomó sus manos mirando el anillo del compromiso falso, miró a River y la besó una sola vez y cuando se alejó unos centímetros de ella él continuó. -Meditándolo ahora, tú hubieras sido la candidata perfecta para ser mi esposa, si me hubiera querido casarme, - River bajó la mirada mientras las lágrimas cubrían su rostro. -Mírame... si todo esto es real, nos volveremos a ver en otra vida mi amor, pero en esta... quiero que sepas, que también te amo. -River lo miró sorprendida por su declaración y tomando su mano con fuerza Christopher volvió su atención al señor Cuervo.
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Cuando se trata de ti
RomansaEn el mundo hay dos clases de mujer, perfectas y preparadas para todo lo que se propongan justo como Dita Parker o despistadas sin saber cual es el siguiente paso en su vida... justamente como River Parker, quien con un carisma impresionante como a...