UN NUEVO AMANECER

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River se ruborizó con sus palabras, era cierto que Christopher desprendía un aroma delicioso y que tenía una actitud arrasadora, pero vaya que no se sentía segura de hacerlo con él ¡solo porque a él se le antojaba! No eran los principios que le ha...

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River se ruborizó con sus palabras, era cierto que Christopher desprendía un aroma delicioso y que tenía una actitud arrasadora, pero vaya que no se sentía segura de hacerlo con él ¡solo porque a él se le antojaba! No eran los principios que le había dado su abuela después de mil clases sobre "Como ser una señorita" y sí, era cierto que jamás había estado con un hombre. Y aunque oportunidades con sus novios anteriores no le faltaron... ella siempre salía huyendo de la situación, no se sentía capaz de intimar con un hombre y hasta había veces en las que se convencía de que él amor y el sexo no eran para ella. Y tras recordar que no se sentía capaz... alejó su delicada mano de la caricia posesiva de Christopher quien frunciendo el ceño sintió que su única oportunidad de estar con ella se iba.

— ¿Qué ocurre?— preguntó de inmediato, él tenía el mismo sentimiento que cuando tenía ocho años al estar en frente una pastelería y no poder comer una rebanada de ese delicioso pastel, era el más caro y el más vendido de la ciudad, pero él solo podía imaginar su sabor derritiéndose en su paladar.

— ¿Bromeas no, Jack?— le preguntó divertida dándole un sorbo a la copa de vino de Christopher y él sonrió un poco al escuchar lo hermoso que sonaba su nombre en sus labios, ella literalmente... lo volvía loco.

—No sé qué de hablas, amor. —dijo intentando mantener seguridad en cada palabra que salía de su boca, mientras que River sabía que ella tenía las cartas a su favor, uno de los hombres más codiciados la deseaba y ella no era una tonta, sabía lo que valía como mujer como para entregarse a alguien por placer momentáneo.

— ¿No fuiste tú el que me previno de Jhonatan? Por qué... ¡ah, sí! ¿Es un libertino?—Christopher cerró los ojos al recordar sus propias palabras y sonrió negando. — ¿es casi lo mismo no? Gemelos tenían que ser.

—No, estas confundiendo la información cielo, Jhonatan te propondrá hacer mil cosas locas mientras se revuelcan en un sucio charco de lodo... —comenzó a explicarle mientras caminaba lentamente a su dirección, después continuó enrollando uno de los mechones de su cabello mientras la miraba recorriendo su rostro...— porque los libertinos no tienen límites mi amor, pero la clara diferencia entre un libertino y un sátiro es que el Sátiro... tiene una adicción al deseo, podemos saciarla con cualquier mujer pero no lo quita nunca por completo... en cambio, con solo verte comienza un frenesí en mí, y algo me dice que tú eres la única que hará que esta adicción evolucione a un nivel que yo jamás creía conocer.— A unos centímetros de besarla River logró controlar el deseo que había en ella, no era fácil ignorar los encantos de Christopher, y él sabía lo que causaba en ella, pero River no se dejaría tan fácil, así que cerró los ojos y se alejó de él una vez más, lo que de nuevo le molestó a Christopher.

—No soy como todas las mujeres a la cuales estás acostumbrado...

—No es lo que quise darte a entender cariño...—dijo interrumpiéndola pero ella le paró los pies.

— ¡No! ¡Por favor déjame terminar! Sonará tonto y anticuado pero yo quiero y merezco algo más que solo alguien quien piensa que el matrimonio y el amor son una farsa.— entonces Christopher se enderezó, por primera vez en su vida una mujer lo había mandado por un tubo, ¡Y no la culpaba! Él quería saciar su sed de sexo y para cuando se le pasara... ¿Qué seguiría? ¡River no podía ser mujer de una sola noche! ¡Ella le había salvado la vida!—Y con esto no quiero ofenderte, como digo, respeto que seas un sátiro, pero por más que yo te desee, porque se perfectamente que sabes que te deseo, mis principios me piden frenar antes de cometer una locura. —dijo finalmente y Christopher alzó las manos en modo de rendición, sonrió.

— ¿Ya acabaste?— preguntó serio mientras que River asentía podía ver una nueva cara que jampas había visto de él, su mirada tierna se había ido. —pues ahora voy yo... No sé qué te hayan contado de mí, desconozco lo que tu pienses al verme, pero créeme cielo, no siempre soy así de amable con las demás personas, de mi mano corrió sangre y también han pasado miles de experiencias, así que pon atención a lo que te diré Halley, —de repente él la tomó por la muñeca con fuerza. —este es mi barco, cada persona que habita en él me obedece... así fue el acto más cruel... todos aquí me cubrirían, lo que yo pido se respeta... y si yo quiero te hago mía sin necesidad de tocarte... rétame. —River una vez más reunió fuerzas y lo confrontó.

—te reto. —soltó con ligereza y Christopher sonrió.

—Te metiste con el hombre incorrecto Halley... mañana en la mañana desearás no haberlo hecho... —Así que cuando creyó que Christopher se acercaría solo lo miró salir de la cocina sonriendo, ella nerviosa corrió hasta su habitación y se encerró y hasta arrastró un pequeño sofá que estaba al lado de la puerta para evitar el paso. De cualquier manera sabía que Christopher la vigilaría de cerca, así que sin más que hacer se acostó con toda la ropa holgada que llevaba e intentó no dormirse para vigilar la puerta, pero poco a poco el sueño le ganaba hasta que fue inevitable.

Mientras despertaba saboreaba la textura de las sabanas que tenía su cama, era como si tuviera más sensible la piel, se giró sonriendo sin abrir los ojos y tras sentir un poco más de luz se extrañó, al abrirlos notó que su ventana era más grande, despues notó que las cobijas de ceda eran color vino, y al sentarse de golpe notó que llevaba un hermoso conjunto de pijama color lila, pero su mayor sorpresa fue girar y darse cuenta que a su lado en la cama se encontraba Christopher sin playera mientras revisaba su laptop con suma tranquilidad.

—Buenos días mi amor, Ana María pasó a decirme que tu vestido para la reunión de la noche estará listo en una hora, así que acuérdate estar lista a las siete y media— él se acercó a ella y le dio un rápido beso cariñoso, después se paró y se estiró frente a la ventana, River no sabía que estaba pasando, así que se paró y entró al baño encerrándose, se miró al espejo y notó que su cabello tenía un perfecto corte por debajo de los hombros y con un ligero tinte rubio en las puntas, todo muy discreto. Se miraba diferente, era claro, parecía otra persona. Así que salió de la habitación enfurecida tras recordar su plática de anoche.

— ¡¿Qué fue lo que me hiciste?!— gritó empujando a Christopher quien se reía cubriéndose de sus golpecillos.

—Tú me retaste, cielo, de ahora en adelante para todos en este Ferri eres mi prometida, ¿ves tu mano?— River alzó la mano izquierda y notó y hermoso diamante en su dedo anular. —Ya hice el plan con el consejo, solo debes seguirnos la corriente, por que como te digo todos te conocerán como Halley ahora, tu papel en el Ferri es real así que hazlo bien.

— ¿Mi papel? ¿Qué papel?

—Ya eres la segunda Capitana al mando, te lo dije, ahora eres mía.

—Ya eres la segunda Capitana al mando, te lo dije, ahora eres mía

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Cuando se trata de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora