CON TUS MANOS

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Por aquella tarde Christopher dejó descansar a River, pero sin dudarlo no se había separado de ella, pues sabía que el traidor asesino seguía suelto en el Ferri, así que se sentó en el sofá continuo de su cama, simplemente la veía dormir, a su Hal...

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Por aquella tarde Christopher dejó descansar a River, pero sin dudarlo no se había separado de ella, pues sabía que el traidor asesino seguía suelto en el Ferri, así que se sentó en el sofá continuo de su cama, simplemente la veía dormir, a su Halley, y aun no entendía por qué le nacía tanto protegerla, él era una persona fuerte y mentalmente muy analítico, pero ahora, había algo más allá de su deseo, le gustaba esa chica, ella lo miraba como si él fuera increíble, claro que lo hacía discretamente para que él no la sorprendiera.

¿Y si él también era un Doppelganger? Al final Christopher Willmont era idéntico a él, al igual que River Parker idéntica a su Halley... ¿podría ser? Ahora tenía la duda, y tendría que llamar a su madre para que lo sacara de ella. Con calma se estiró sobre su silla y miró por la ventana que ya había oscurecido, sonrió y sus ojos se dirigieron por décima quinta a vez a la chica que comenzaba a despertarse, ella un poco somnolienta se giró y aun acostada lo miró frunció el ceño y sonrió a verlo.

— ¿Todo este tiempo has estado aquí?— le preguntó con la voz un poco más ronca.

—Sí, hay un asesino ¿recuerdas? Te dije que no permitiría que alguien más intentara matarte, — Christopher se paró de su silla y sentándose a su lado en la cama tomo su cara entre sus manos y junto su mejilla con la de ella, River no sabía que significaba ese gesto, pero cuando se separó él la soltó simplemente. —Ya no tienes fiebre...—respondió pensativo y River moría de ternura por dentro, ¡era la primera vez que veía a un hombre de casi dos metros tomar la temperatura así! Y más sí seguía serio como él.

—Sí, a decir verdad me siento mucho mejor, ya no me duele la espalda— comentó peinándose un poco y Christopher sonrió al ver el efecto que causaba en ella, de repente sus miradas chocaron y cuando estaban a punto de colisionar sus labios... el estómago de Christopher gruñó demasiado fuerte dejándolo en ridículo, lo que hizo que River comenzara a reír desenfrenadamente. — ¿Se le olvidó a la servidumbre traer su comida Capitán?

—Mierda, no...—dijo sonriendo y negó. —Hoy es día de desembarque, todos los tripulantes de Ferri bajan a divertirse a la Isla en curso, así que no hay nadie en este barco más que tú y yo. — River tuvo nervios por momentos pero después se relajó.

— ¿Y por qué no bajaste con todos?

—Por tres razones incuestionables, la primera, un capitán jamás abandona su nave, segunda, tenía que cuidarte y tercera... No me siento de muchos ánimos por cosas del trabajo. —respondió un poco preocupado y eso lo notó River, por primera vez quería ayudarlo para que se sintiera tranquilo así que pensó en una solución.

— ¿Entonces... no hay nadie que le prepare nada de comer?

—Siempre me dejan algo listo pero esta vez parece que se les olvidó. — Dijo levantando los hombros, entonces River se destapó y se colocó la bata. — ¿a dónde crees que vas Halley?

Cuando se trata de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora