LA GLORIA DE UN DIOS

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— ¡Thot!— le gritó con dificultad Orión ya que los rugidos eran tan fuertes que no podían escucharse claramente, Mark la miró y ella sonrió

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— ¡Thot!— le gritó con dificultad Orión ya que los rugidos eran tan fuertes que no podían escucharse claramente, Mark la miró y ella sonrió. —Somos el trio de oro ¿recuerdas? Acabemos con esto de una vez... —Mark sonrió también y asintió.

De un solo brinco bajó de la montaña, su cuerpo comenzó a sacar humo rojo y con un estruendoso gañido su cuerpo se consumió en una luz dorada dejando ver el verdadero físico de Thot, un hombre casi de dos metros y medio con la cabeza de Ibis, su dorso estaba desnudo, su piel morena y resaltaba con los brazaletes y pechera dorada que llevaba en todo su cuerpo, su gran pico y sus enormes ojos azules lo hacían ver imponente, y una vez que Orión lo miró transformarse aplaudió emocionada.

— ¡Pero que presumido eres!— volvió a gritarle.

— ¡Muéstrate como realmente eres, Bastet!— respondió y ella sonrió encantada, de igual manera su piel comenzó a sacar humo rojo, su mirada estaba perdida en un punto en específico cuando soltó un gran rugido, su cuerpo se perdió en otra luz dorada y por primera vez dejó ver su forma divina, su cuerpo era el de una mujer morena, pero su cabeza era la cabeza de una leona, midiendo lo mismo que Thot.—¡Halley, no te muevas de aquí, ayudaremos a Anubis! —le indicó y corrió hasta el monstruo cuervo, Thot hizo lo mismo pero al llegar a él Anubis se detuvo mirando a sus compañeros sabiendo que ellos le ayudarían.

Los ojos de Thot cambiaron a un blanco destellante y estiró sus manos hasta el monstruo, pues se dispuso a entrar a su mente para manipularle.

<<Tu cerebro ahora me obedece... poco a poco comienza pudrirse...>>, pensaba haciendo que el monstruo se desquiciara y atacara con más fuerza, pero ahora un poco distraído Bastet brincó en él y trepándose a la parte trasera de su cabeza le clavó sus filosas garras una y otra vez, Anubis sonrió y creó dos espadas de oro puro para después clavarlas con fuerza en sus piernas. Y fue ahí que Thot caminó hasta él y clavó su mano en el pecho extirpando salvajemente su corazón aun palpitante, lo arrojó al suelo y Bastet lo destrozo pasando sobre él, después el monstruo cuervo solamente cayó muerto.

— ¡Lo logramos!— gritó Bastet haciendo que Anubis rugiera, Thot sonrió y en un destello él y Bastet volvieron a ser Mark y Orión. —Oye Anubis... no te destransformes aún, tu esposa debe conocer lo que yace dentro de ti... así que... ve y en esta forma crea un vínculo de aceptación con ella. —Anubis movía sus grandes y puntiagudas orejas al escuchar lo que Orión le decía, bufó un poco más relajado y miró a Halley quien perecía un poco alterada por toda la batalla que acababa de pasar frente a sus ojos. Después, a grandes zancadas comenzó a ir en su dirección, así que Halley se paró lo más rápido que pudo y se quedó pegada a la pared, ¡había conocido al otro Anubis pero no era el hombre que amaba! Este era más intimidante porque era el mismo hombre que le hacía el amor justo como el dios que era.

— ¿J...Jack? —preguntó un poco nerviosa con la voz entrecortada, pero Anubis puso una rodilla en el piso haciendo una reverencia justo como si de una reina se tratara, lo cual hizo que a Halley se le pasara el nerviosismo.

Cuando se trata de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora