|𝑳𝑨 𝑹𝑬𝑰𝑵𝑨| 04

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—Gracias a mi esposa a quien respeto profundamente

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—Gracias a mi esposa a quien respeto profundamente... —Desconecto de las palabras de mi marido, de su discurso, alzando mi copa de champán con una sonrisa falsa y discreta.

La sala serpentea en aplausos. Los hombres más ricos de USA reunidos en el nuevo casino de mi esposo, donde oficialmente soy la encargada de la contabilidad. Roth, impasible, se mantiene al lado de Dominic, sin pestañear a la mentira que dice mi esposo. Cuando las miradas en mi persona finalmente se dirigen hacia otro lugar, apuro el líquido restante de mi copa haciendo señales a uno de los camareros. Quiero que la noche termine, salir a como dé lugar de esta falsa y meterme en mi cama lo más rápido posible. No puedo creer cuánto cinismo es capaz de albergar una persona en su interior.

Su discurso finaliza y es rodeado por un grupo de elegantes hombres trajeados. Aprovecho para escabullirme lejos de las máquinas tragamonedas, la luz baja y la suave música.

Me abro paso entre las personas con Nick, mi seguridad, a la espalda, algunas veces Raze se encarga de cuidarme, pero últimamente Nick es quien más está al frente de esa labor. Subo al segundo nivel, directo al balcón con vistas a la pista de carrera de caballos.

Está iluminada a pesar de no estar en funcionamiento. Respiro agitada, calmando mi corazón desbocado y retiro algunos mechones de mi pelo rubio fuera del rostro, tomándome la copa número seis de champán. Hace un año mi vida era completamente diferente, en mi cumpleaños anterior, el 21 de noviembre, estaba en mi antiguo departamento mirando una maratón de vampiros, alitas picantes, Coca Cola con mucho hielo y Valerie a mi lado, riendo de las ocurrencias de Lafayette.

Ella no era una buena amiga y los dioses lo saben, pero tenía sus momentos y ese en mi cumpleaños fue uno de ellos. Era feliz y no lo sabía, también vivía una mentira. Nunca estuve a salvo de este mundo.

—Necesito algo más fuerte. —Jadeo al borde del balcón en construcción, sin barandillas.

—Para una mujer que acaba de cumplir veintiuno, estás muy familiarizada con el alcohol —dice una voz desconocida. Giro sobresaltada, retrocediendo dos pasos atrás. Jadeo cuando encuentro un rostro y figura desconocida y estoy a punto de retroceder un poco más, cuando el hombre rodea mi cintura y me lleva hacia su pecho—. No deberías buscar más peligro.

—¿Quién es usted? Suélteme —demando empujándome fuera de su agarre. El hombre sonríe, aflojando sus brazos y dejándome en libertad. Nick, quien ha visto todo de primera mano, avanza hacia nosotros. Muevo mi mano en una negación, no pueden prohibirme compartir unas simples palabras.

—Esta es un área prohibida —informo al desconocido.

Él sin perder la sonrisa afirma.

—¿Será este el palco privado de su esposo? —cuestiona. Aun cinco meses más tarde, me sorprende un poco cuando las personas me reconocen, esto debido a las fotos mágicamente filtradas en diferentes medios.

EL CAPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora