|𝐋𝐀 𝐎𝐑𝐃𝐄𝐍| 21

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Emilie

Observo a Bess y Raze en el lago desde mi ventana parecen tener un momento intimo cuando veo una sombra en el bosque, no distingo mucho debido a la distancia pero si logro verlo en lo que me parece es masturbándose y luego el rostro del tipo. No estoy loca, es el hijo puta de Parker tocándose mientras vigila a la pareja. Corro a mi puerta en busca de alguien pero no hay nadie en el pasillo, estoy sola y las alarma se encienden. Quiero a Dominic, a Roth y que me lleven de este lugar. No me siento segura. No puedo apuntar con un dedo hacia Parker porque ninguno de ellos creerán en mí. Me jode eso, que le den una confianza al maldito que claramente esta usando a su favor.

Me siento en la cama nerviosa, mi pulso esta acelerado. No dejo de pensar que existe mas que no estoy mirando y no puedo esta vez decirle a Dominic, esta buscando a Kain, no debo darle otro tormento.

Coloco la mano en mi vientre, ¿Cuántas personas tienen conocimiento sobre mis bebes? Voy a protegerlos y la única opción es quedarme encerrada tanto como pueda dentro de estas paredes.

Es lo que hago, el tiempo pasa y me aisló de todo.

Damián se marcha y yo me vuelvo un poco neurótica, no salgo de mi habitación y si lo hago me mantengo al lado de Vicky y el chico llamado Jake. Bess me regala una chaqueta del club con Propiedad Cavalli en la espalda, Don perderá la cabeza en cuanto me la ponga. La casa club se vuelve escandalosa en las noches, duermo mucho y me entero de algunas cosas, el engaño de Ethan hacia la castaña, su partida a una cabaña de Jake. Dominic sigue llamando y pendiente de mi en todo momento y es mi único consuelo cuando me pregunta si estoy bien y miento. Los nervios solo aumentan con cada día que pasa.

Gracias al embarazo y mis pastillas vitamínicas duermo largas jornadas así que cuando escucho la voz desesperada de Harry, uno de los chicos que ahora vigila mi puerta desde la partida de Damián clamando el nombre de Raze espabilo saltando de mi cama y camino a abrir mi puerta, sigo bostezando y restregando mis ojos cuando visualizo a Raze.

—¡Ve a mi habitación! —ordena con el torso descubierto y su arma en la mano, corro donde me indica inmediatamente encontrando a Bess con dos armas.

—¡Deja eso! —grito al verla tratando de quitar el seguro con el arma apuntando su rostro, ¡¿está loca?! Puede volarse la cabeza de forma accidental.

—Creo que están atacando el club —Jadea asustada.

—Sin seguro, apunta y dispara —le instruyo mostrándole y verificando que el cargador esta lleno. Bess abre los ojos de forma desmesurada.

—No se usarla —admite.

—Por esto digo que las mujeres debemos aprender a disparar.

—Raze dijo que...

—No voy a esperar que la muerte me toque los talones, y tu tampoco roja. ¡Vamos!

La agarro del brazo y la coloco a mi espalda, si están atacando el club nuestra mejor opción es correr hacia el bosque y ocultarnos, es mi plan principal hasta que escucho a los hombres murmurar que se trata de una mujer, que están vueltos locos por una chica. Bess sigue a mi espalda cuando llegamos detrás de Raze.

—¿Raze? —insiste la mujer, es hermosa y alta, elegante. Su pelo negro y lacio. Esta cubierta en sangre, desde su blusa Versace hasta la punta de sus zapatos de seis centímetros Dior, ella nos apunta a todos, por el agarre en su arma parece ser otra idéntica a Bess.

—Sí, soy Raze. Baja tus armas, cariño, podrías lastimarte.

—¿Raze? —repite. Inclina su cabeza a un lado, intentando reconocerlo. Se nota cansada y asustada, pero no comprende al parecer las palabras tranquilizadoras de Raze

EL CAPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora