|𝑳𝑨 𝑹𝑬𝑰𝑵𝑨| 16

78.5K 7.2K 5.4K
                                    

—Tienes menos de un minuto para sacarla de esa habitación

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Tienes menos de un minuto para sacarla de esa habitación. No me importa a quién debes sobornar o incluso asesinar, pero quiero a mi esposa fuera de esa habitación, ¡¿comprendes?! —grito soltando su camisa. El abogado de la famiglia parpadea, asombrado de mi falta de control y posiblemente viéndome como la bestia que soy realmente.

—Sí, señor, estoy haciendo todo lo posible...

—¡No es suficiente hacer lo posible! ¡Ella lleva cinco horas encerrada con ese hijo de puta! ¡Cinco horas!

—Volveré a hablar con nuestro hombre.

—Eso no resolverá nada... —digo pasándome la mano por el pelo. Necesito pensar, controlar mi mente y actuar con un objetivo más frío—. El juez criminalista... ¿tiene una hija? ¿Quince o dieciocho? Le amenazas con ello, si no está en nuestra nómina, entonces tiene una razón extra para entrar. Empieza a moverte, Rogers —siseo. Asiente frenético antes de salir corriendo fuera del cuarto de interrogaciones, nos ha sido asignado gracias a mi gente, esos del bajo mundo cuyas cabezas están en mis palmas. Pero no tengo al más importante en este juego, Phils Rawson.

—¿Y si nos delata? —cuestiona Roth hablando por primera vez en un largo tiempo. Me quito la americana de mi traje dejándola en la mesa.

—Ella no lo hará.

—¿Y si lo hace?

—Lo tengo cubierto —miento. Emilie posee demasiado poder sobre mi persona y la organización. No, no lo tengo cubierto, le he dado mucha información a lo largo de estos meses, información clara y precisa... ¿En qué demonios estaba pensando?

No lo hacía, ese es el problema. Estaba enfocado en su persona y no en lo que representa. Creí erróneamente que siempre la tendría en mi puño, cuando ella nunca ha estado encerrada.

Roth no dice nada y suspiro en silencio. Por primera vez he de admitir que no estoy preocupado por si habla o no sobre mis negocios. Salgo del pequeño cuarto de interrogación, los uniformados nos miran, conozco a muchos de ellos, sus rostros, pero todos nos conocen a ambos. Saben que, a pesar de estar sirviendo a la ley, en sí cada puto día nos sirven a nosotros, a mi mano derecha, Roth Nikov y a mi persona.

La única imagen que tengo de Emilie es esposada a una maldita mesa y llena de sangre, no sé si suya y esa duda está carcomiéndome. Para mi afortunada suerte, encuentro a Phils Rawson en la máquina de café, coqueteándole a la chica quien sirve.

—Dominic... —suplica Roth, pero ya es demasiado tarde cuando empujo al hijo de puta. El cual se sorprende al verme de frente.

—Quítale las putas esposas, ¿desde cuándo es una criminal? ¿Cómo te atreves a tenerla bajo un interrogatorio federal? Esto no se quedará así, Rawson —siseo en su cara. Los policías no hacen nada, para ellos este hombre y el FBI solo son la basura que se cree oro dentro del sistema. Si decidiera asesinarlo en este momento, ellos guardarían el puto cuerpo.

EL CAPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora