|𝐄𝐋 𝐂𝐀𝐏𝐎| 21

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Dominic

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Dominic


Un estúpido imbécil, eso soy en estos momentos. Mirando el paisaje de la villa, recordando mis mejores días de niñez, cuando mi madre aún tenía una sonrisa en su rostro. La pintura era uno de sus artes y salir a caminar entre el viñedo una pasión que llenaban su alma, nunca fue una madre amorosa, pero en sus mejores días nos dejaba acompañarla en sus paseos al atardecer. Son mis únicos momentos, luego de ello solo existe una madre depresiva, cada día más hundida en el alcohol, golpeada y rota.

Gabriel Cavalli no era un buen esposo, amaba a Isabella Cavalli a su tóxica manera, Dios me condene si miento. La amaba, esa clase de amor que destruye, por eso cuando Isabella huyó, una parte de mí sabía que intentaba sobrevivir, reconstruirse en alguien nuevo. Esa pequeña inocencia en mí esperaba verla regresar por sus hijos, tratar de recuperarnos, luchar, algo... Nunca sucedió y mi inocencia murió con ella.

—Cuando estés listo, Don —interrumpe mis pensamientos Roth a mi espalda. Dejo mi copa de bourbon, girándome a enfrentarlo. Ha pasado la mañana entrenando con Raze en el gimnasio, quizás este viaje llegue a unir de alguna manera a los Nikov.

—¿Dónde está Emilie?

Hace cuatro horas la dejé durmiendo en nuestra habitación luego de verla como un tonto por largo tiempo.

—En la piscina —responde Roth quien se ha mantenido al margen, está mirándome con el ceño fruncido.

—¿Algún problema? —cuestiono hacia mi mano derecha, mi familia.

—Entonces, tú y ella...

—No hablaremos de mi prometida.

—¡Vaya! Eso es todo un cambio.

—Es mi mujer, sí. Eso es todo lo que necesitas saber.

—Estoy feliz por ti, hermano. No lo arruines.

—¿Cómo podría arruinarlo?

—Tienes una tendencia destructiva.

—Hablemos de negocios —corto cruzándome de brazos.

Suficiente hablar de mí. Es hora de la Famiglia, de los negocios. Tengo un cadáver que visitar y un hijo a quien posicionar en un nuevo cargo, sin contar una conversación pendiente con Holden Greystone.

—Quiero matar a Greystone.

—Y tú preguntas cómo podrías arruinarlo. No puedes matar a tu cuñado.

—Puedo, accidentes pasan todo el tiempo.

—Vamos, Don. Greystone es uno de los mejores lavando dinero, ¿qué te hizo?

—Dejó que lastimaran a Emilie.

Eso hace tensar a Roth, el hombre a quien le gusta mantener silencio y que difícilmente solo habla conmigo.

EL CAPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora