|𝐋𝐀 𝐎𝐑𝐃𝐄𝐍| 22

51.7K 5.6K 3.5K
                                    

Dominic

—En la mira —anuncia Roth en la radio.

—¿Por qué no has disparado? —gruño escondido entre los matorrales, Damián a mi lado sisea. Tenemos el club de los Verdugos rodeado, Roth esta apuntando a Kain dentro desde la mirilla de un SVLK-14S, cinco de mis hombres lo tienen en la mira y solo espero la confirmación de Roth, ¿Por qué carajos no dispara? El plan no es matarlo, sino causar pánico entre los hombres cuando cinco cabezas vuelen en sincronía y Kain siendo el cobarde que es saldrá huyendo.

—Esta violando una chica —responde en un gruñido.

—Dispara —ordeno.

—Ella se parece a Ryana —dice titubeando.

—Roth, Ryana está muerta...

—Entrare —indica y la línea muere.

—¡Roth! ¡¿Roth?! —insisto, me quito la mascarilla infrarroja, tengo mas de treinta hombres en puntos estratégicos y ¡Él lo hecha a perder!—. ¡Quiero la ubicación de R! —ladro en la radio.

—Norte, hacia el objetivo.

—¡Ataquen! Limpien el camino de Nikov a como dé lugar.

—Si, señor —exclaman varias voces al unísono. Golpeo el hombro de Damián y bajo mi mascara corriendo desde el sur hacia la casa club. Lo primero que se corta es la luz, con nuestra infiltrada dentro. La mascara me deja ver los sensores de calor y las manchas verdes de mis hombres. Damián Torricelli va a mi lado, en cuanto varios cuerpos caen. Todo el mundo trata de huir en diferentes direcciones. Es una jodida masacre y busco mi objetivo, quien debería ser un borrón violeta gracias al químico que ha perfeccionado uno de mis chicos. Entro a la casa club, buscando.

¿Qué carajos hiciste Nikov? Lanzo una granada de gas lacrimógeno.

La gente grita, mucha de las voces siendo femeninas, asustadas. Disparo, matando al instante a cuatro hombres, Damián se va al cuello de otro, pero sigo sin ver mi objetivo.

—¡Luces! —ordeno y en menos de varios segundos esta cobra vida, no me quito la máscara porque el lugar está lleno de gas. Las mujeres están en el piso y algunos cuerpos desparramados—. ¿La presa?

Mis hombres saben que estoy preguntando por Kain y cuando la línea se queda en silencio gruño de frustración.

—La tengo —aparece por fin la voz de Roth. ¡Voy a matarlo!

—¡¿La presa?! —insisto.

—Aquí sur, despejado.

—Oeste, sin respuesta.

—Este ha caído —murmura el único hombre en la torre norte—. Sin respuesta en ala noroeste. Lo siento señor.

—Eliminen a todos —ordeno.

Roth aparece en la colina con una chica a su lado, ella tiene su mascara puesta y el parece a punto de caer. Estoy furioso, ¡frustrado! Luchamos para tener esta pista de Kain y ahora a desaparecido, ¡por su culpa!

—Don...

No lo dejo termina de hablar una mierda, me lazo sobre él, pegándole un fuerte golpe en la mandíbula. No trata de defenderse, y me hace molestar aun más. ¡Lo hecho a perder todo! ¡Dejo que ese hijo de puta escapara! ¡Desobedeció mi orden! Damián agarra a la chica quien grita despavorida cuando sostengo a Roth de su chaqueta negra.

—¿Te la pasaras salvando coños por el mundo? —siseo.

—Lo siento —murmura. Se que es sincero.

EL CAPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora