|𝐄𝐋 𝐂𝐀𝐏𝐎| 11

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Es un completo caos, Landon, Hannah y mi interior

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Es un completo caos, Landon, Hannah y mi interior. La seguridad de la editorial se queda con ambas. Landon llega hecho una furia, jamás lo he visto de ese modo. Está en modo protección total con su esposa e hijo. Insiste en llamar a Dominic y me niego en rotundo.  No está feliz con mi negación y Hannah demasiado alterada no ayuda. Suspiro una vez más mientras me enfrento a Landon.

—Llámalo tú o lo haré yo.

—Dominic no tiene ningún lazo conmigo.

—Vladimir Ivanov no piensa igual.

—¿Quién es Vladimir Ivanov?

—El ruso, quien acaba de entregarte una estrella de la...

—Calamardo.  —Jadea Hannah negando. Sus grandes ojos marrones me suplican tranquilidad. Dioses. No quiero llamar a Dominic.

—Llamaré, lo prometo.  —Claudico.

—Michele, escolta a la señorita Greystone hasta su casa —ordena Landon a uno de los chicos. Giro mis ojos sacando mi móvil y preparándome mentalmente para llamarlo. Michele vigila mi espalda. Ambos permanecemos en silencio mientras cuento mentalmente en reversa desde un millón al uno. Armándome de un valor que no poseo y aprovechando la compañía del musculoso hombre de seguridad marco su número. Salta directo al buzón de voz.

—Dominic, soy Emilie Greystone... Hermana de Holden Greystone. Disculpa que te moleste, sé que dejaste claro... Bueno, tú me entiendes, ¿no? La cosa está así... un hombre apareció en mi trabajo y te envió algún tipo de regalo. Una estrella filosa... Por algún motivo Landon cree indispensable hacértelo saber.

Corto la llamada. Ya está, eso es todo. Lo sabe. Ya no es mi problema, ¿verdad? Además, ¿por qué ese tipo debe enviar un mensaje conmigo? ¿Quién era él? ¿Para qué besarme? Mi mente está llena de preguntas sin respuesta, al parecer solo Dominic las tendrá, solo él aclarará cada duda.

Michele espera que entre a mi edificio de apartamento, de hecho se queda montando guardia. Niego mientras subo las escaleras planeando mi maratón de fin de semana.

Veré esa serie Juego de Tronos, quizás esta vez sí me emocionen.

Al abrir mi puerta, una fiesta se encuentra montada en mi sala. Valerie está en un diminuto hilo dental sin ningún tipo de sujetador, revoloteando sobre tres enormes y gigantes arreglos de rosas rojas. Bueno, alguien acaba de cazar un millonario.

—Las rosas significan que el futuro padre del bebé es feliz, ¿no?

—No son mis flores.

—¡Val! ¡Quiero descansar este fin de semana! ¡No vas a montarte una sesión fotográfica en el departamento! Necesito descansar —amenazo dejándome caer en nuestro sofá.  Ella suele tomar nuestra sala como un estudio de vez en cuando y yo aprovecho para huir hacia Holden, una opción descartada esta semana.

EL CAPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora