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*Horas después*

*6:00 p.m.*

Narra Raymond

El día al fin había acabado y lo único que quiero es irme a casa y dormir, estos últimos días he tenido mucho trabajo y es muy difícil lidiar con todo esto, contratos para conciertos, colaboraciones y todo por el estilo y realmente es muy estresante, además tengo que lidiar con los malditos coqueteos de Natti y eso ya me tiene harto porque no entiendo porque quiere que tengamos sexo.

Pero es algo que tendré que soportar hasta que mi paciencia llegue al límite y decida despedirla definitivamente así que para mientras tendré que hacer todo lo posible para no hacer algo que después pueda arrepentirme.

Me despedí de todos y salí de Cartel, subí a mi auto y después lo puse en marcha, me puse el cinturón de seguridad entonces me fui a mi casa.

*Rato después*

Estacione el auto en frente de mi casa (imagen en galería) bajé y caminé hasta la puerta, abrí y enseguida mi perro Kaleb llegó corriendo feliz.

Sonreí al verlo así que acaricié su cabeza y después me dirigí a la cocina, le serví comida en su plato y el empezó a comer feliz, después decidí prepararme un sándwich, lo preparé y me senté a comer tranquilo pero después recordé el broche de aquella chica.

Lo saqué de mi chaqueta y lo miré por un momento, esa chica era bastante hermosa debo admitirlo, me pregunto ¿cómo se llamará? pero no creo que vuelva a verla nunca más pero aún así me gustaría.

Después de un rato terminé de comer, dejé los platos ahí y me fui a mi habitación, me lancé a la cama y miré el techo por un rato hasta que me quedé dormido.

Narra Diana

Llegué a mi casa después de un largo día de trabajo, estaba exhausta ya que nos llevó casi todo con Wendy elegir sus vestuarios pero pudimos terminar todo antes de tiempo y eso me tranquiliza un poco.

Dejé mis cosas en una pequeña mesa y me miré al espejo que estaba al lado de la puerta, iba a seguir con mi camino cuando de repente me di cuenta que no tenía mi broche favorito en el cabello, ese broche era un regalo por parte de mi abuela que en paz descanse y era muy especial para mi, no puedo creer que lo haya perdido.

Revisé mi bolso y otras cosas para ver si estaba ahí pero nada, me puse algo triste al no encontrarlo pero ahora no creo que haya vuelta atrás así que tendré que dejarlo.

Después de eso fui a mi habitación y me recoste, en ese momento recordé aquel hombre del restaurante y no sé porque pero siento que lo he visto en algún lado antes, pero ya que no creo que lo vuelva a ver.

Mientras pensaba en eso y en otras cosas poco a poco mis ojos se fueron cerrando hasta que me quedé profundamente dormida.








Nunca Me OlvidesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora