15. Lirios.

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** [ Los que os haya llegado la notificación dos veces, lo siento. Es que Wattpad se comió la parte final del capítulo y tuve que volver a subirlo de nuevo. Gracias. ]

En los días previos al verano, el calor ataca el instituto y eso da paso a un desenfreno completo por parte de profesores y alumnos. Todos los años se celebra la fiesta privada del colegio para recaudar fondos para la sociedad benéfica a la que representa. Aunque eso más de la mitad de los alumnos es muy posible que no tengan ni la más remota idea de ello. ¿Quién se preocupa por el motivo cuando hay una fiesta?

No se trata para nada en todo lo que hayáis visto en esas típicas películas americanas, donde todos bailan y se escoge a media noche a la reina y rey del baile, porque aquí, eso no existe. Aquí se trata de una competición silenciosa, entre mujeres, por supuesto, a ver quien lleva el mejor vestido de todos. Quien es la que va más guapa, al fin y al cabo.

Durante las últimas cuatro semanas antes de la fiesta, comienza la búsqueda intensiva de vestidos caros, apropiados para la noche perfecta. La tradición e historia de la fiesta, varía en cuanto a quién os la cuente. Sin embargo, a mí me gusta creer la que todos los profesores han contado siempre. Se trata de una noche parecida a San Juan pero sin fogatas, donde la gente se reúne dando gracias a algo que a día de hoy ya no se tiene en cuenta y que, desde luego, no se le tendrá nunca más, porque casi nadie conoce ya la verdadera razón de esta fiesta.

El problema, se encuentra entonces en los preparativos y no solo de una misma, sino del acompañante. Todas esperan ser invitadas por el chico perfecto que ayude en esa competición silenciosa de quedar bien en sociedad. ¿Y quienes son los chicos más esperados? Bingo. Víctor, Raúl, Daniel y Carlos, en la gran medida del instituto, el grupito de amigos de primero de bachiller junto con algunos de segundo que parecen incluso más accesibles que los mencionados anteriormente.

        — Eh, Daniel, espera.

        — ¿Sara?

        — Oye... sólo venía a decirte que... lo he estado pensando y no quería sonar tan mal hace meses cuando te dije lo de tu hermana.

Pese a la voz dulce pero ligeramente dudosa de las palabras de la chica, Dani se queda con una expresión inteligible, que da a entender que no comprende de qué va el asunto. En realidad, lo que no entiende es porqué disculparse por algo así y menos durante meses. La había conocido toda su vida y sabía que pese a lo que se veía desde fuera, su cambio de imagen, ella seguía siendo la misma en su cabeza y también en la de él.

        — No te preocupes. Ya sé que estabas dolida. Vamos, me lo imagino. Llevabas años enamorada de Carlos y de repente saber que está con Helena... debió ser duro.

        — En realidad, no. Yo... creía que sí, ¿sabes? Pero... luego me di cuenta de ciertas cosas. Algunas me sorprendieron, otras no tanto y al final, descubrí que no era él.

        — ¿En serio? -Laa sonrisa de después no quiere decir otra cosa que el hecho de que se alegra de oírlo.

        — Sí... la verdad es que, hasta yo me sorprendí en ese sentido. Pero luego, me paré a buscar respuestas y encontré algunas bastante importantes. Pero bueno, sólo venía a pedirte perdón, ya sabes...

        — No, en realidad no sé. No sueles ser muy amable con la gente. No espero que esto sea un gesto afectivo, sino más bien un chantaje o algo así. —Su tono se convierte ligeramente en una burla casi.

        — Idiota... -Murmura ella casi en el mismo tono que él, pero sin llegar a ser tan clara esa burla lo suficientemente alto como para que él pueda oírla.

Bajo vigilancia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora