Bajo vigilancia.

21. Vuelta a lo bueno.

Esto acabó demasiado interesante durante el verano, como para dejaros con la intriga de qué pasará durante este curso.

Recordemos que ya vamos a empezar segundo de bachillerato, por lo tanto, las cosas se complican bastante en este curso, en el que todo va muy rápido y donde los profesores repetirán las palabritas mágicas un millón de veces: "Prueba de Acceso a la Universidad". O como muchos prefieren llamarlo "PAU".

¿Estáis preparados para el mejor curso del año? ¿Y para todas las nuevas aventuras que seguro disfrutaremos desde primera fila este año?

Yo ya lo estoy deseando. Por eso, en el primer día de clases, me he levantado algo más pronto para poder observar las primeras caras soñolientas de la mañana y no perderme ni el más mínimo detalle de este primer día. ¿Acaso no recordáis el del año pasado? De lo más interesante y algo me dice que este será igual o incluso mucho mejor.

No hay nadie que tenga tantas ganas como yo para volver a ver las viejas caritas de nuestros queridos protagonistas. Sobre todo, las que apenas pude ver durante este verano: Bárbara, Helena y Carlos.

Corrieron rumores que Bárbara se fue de vacaciones con sus queridos papis fuera del país. Lejos de su querido Víctor.

Mientras que la parejita feliz, me han contado que pasaron en Miami gran parte de su verano. Juntos, obviamente.

Al infeliz de Raúl se le vio de vez en cuando con los demás chicos, Víctor y Dani. De vez en cuando, por ahí, pero tengo entendido que Dani aún cree que la relación de Raúl con Sara sigue en pie. Me encantará ver su reacción cuando descubra que ya no tienen nada.

Dani y Víctor, han vuelto a su línea, como si nada hubiera pasado y mucho menos, con sus respectivas amiguitas: Carol y Sara. Con las que no han vuelto a hablar desde sus últimos sucesos que tuvieron con ellas.

Me gustaría decir que por fin, la rara pero dulce historia de amor de Carol y Víctor acabó bien a partir de esa noche, pero me temo que no fue así. Bien es cierto que las malas lenguas dicen que los vieron después de eso, más de una tarde juntos e incluso muy pegados, pero no hay nada oficial y Víctor se le volvió a ver coqueteando con chicas en algún bar a altas horas de la mañana y esta vez no hubo plantón de ningún tipo.

También me han comentado por ahí que desde el mismo día en el que Sara le dijo aquellas destructivas palabras a nuestro mujeriego, parece se le ha visto con algún moratón, arañazo o herida fuera de lo normal. Y yo que no suelo fallar en mis predicciones, digo que esto se debe a aquella afición estúpida que Carlos y Helena le descubrieron hace un tiempo ya.

De todas formas, la primera en poner un pie dentro del instituto en este maravilloso día de Septiembre, es Sarita. Nuestra querida empollona, que lejos de estar como la última vez, con los ojos destrozados y la vestimenta descuidada, parece como si nos la hubieran cambiado. Con los ojos pintados ligeramente destacables con el profundo color azul de sus ojos y una suave sonrisa dulce y alegre.

La mirada perdida en el interior del hall, hace que recuerde porqué es la más rarita de todos los del grupo. Ni tan solo uno se quedaría ahí mirando a la nada. Pero esa es la especialidad de nuestra rubia, la capacidad de observar lo que nadie se quedaría a observar.

Y justo unos minutos después, entre un grupo de alumnos, está Raúl, que entra dudando ligeramente de si acercarse hasta ella una vez que la ve. Lanza un profundo suspiro, aún dudoso, pero se despide de sus acompañantes y acaba por alcanzar valor para ir hasta donde se encuentra ella y darle un suave toque en el hombro derecho.

Ella se gira ante tal señal y le mira sin perder su dulce sonrisa. De hecho, la amplía débilmente de forma amable, muy propio de la chica. Pero el silencio, de nuevo, vuelve a ser el protagonista, al menos durante unos largos minutos.