¿Alguna vez te pasó de tener un pensamiento tan doloroso que te hace detenerte y cuestionarte, con asombro y algo cercano al asco, por qué siquiera lo pensaste?
Yo tengo uno, molesto como un mosquito, que aparece cada vez que analizo mis emociones. Es una voz insistente y chillona con una actual fijación por boicotearme cuando acepto que alguna actitud es consecuencia del pasado y de un trauma.
Trauma, qué palabra grande. La voz esta la detesta. No termina incluso de formarse en mi cabeza antes de que ella empiece a decir que estoy exagerando, que lo mío no es un trauma. ¿Cómo podría decir eso de algo tan mínimo que viví?
Y es que la ocupación de esta voz es comparar mi dolor al de otras personas y reducirme. Me muestra lo que otros tuvieron que atravesar y apoya al lado mi vida. Su frase favorita es "¿Cómo vas a sufrir por eso?"
Me hace cuestionarme si no exagero con mis emociones, si no estoy inventándome lo que siento, si no soy sólo una hija de puta obstinada que se niega a soltar un par de años de mierda y arma un escándalo a partir de eso. Y lo peor es que no tengo respuesta a ninguna.
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Mariposas doradas
Short StoryPensamientos, escritos, microrrelatos y todo aquello que no tenga lugar propio. [Ilustración de Peter Xiao, peterxiaoji en Instagram]