No mires

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No sabía que podía tener pesadillas despierta. Qué ingenua.

Yacía de costado, ojos cerrados, intentando dormir en algún punto de la recién entrada madrugada, cuando comenzó.

Si intentaba pensar qué era, desaparecía. Resultaba ser como todos mis sueños, algo que estaba allí mentalmente pero no en físico, por lo que ya no existía en cuanto lo analizaba.

Creo recordarlo como un personaje de caricatura. ¿Quién? No tenía idea. Sólo estaba allí, delante mío, apuntando hacia mi espalda. Yo entendía lo que buscaba, "date vuelta".

Me negué, pues no iba a hacerle caso a una imaginación mía de esa manera. Pero no terminó ahí la cosa.

Pronto la caricatura se vio acompañada por más seres a los que sólo podía observar sus rostros que señalaban al mismo punto. Algunos parecían personas, otros dibujos de distintos estilos.

En algún momento, también se sumaron criaturas similares a animales. Cualquier cosa que pudiera imaginar con ojos me miraban fijamente y señalaban detrás mío.

Algunos eran más perturbadores que otros. Parecían meterse en mi cuerpo por cómo me observaban. Había silencio, pero podía sentirlos gritándome que volteara, que viera lo que había sobre la cama, encima mío.

No tuve el valor para hacerlo. Me negaba a girarme aunque fuera una milésima, o a siquiera abrir los ojos. No había un punto en el que no aparecieran caras aterradoras que me lo exigieran.

Mi cuerpo comenzó a picar. Un escalofrío me recorrió las piernas, donde la colcha no alcanzaba a cubrirme de la atmósfera extraña que había acaparado el cuarto.

Sólo quería dormir. Rogaba que me dejaran en paz, mas no me escuchaban. Ellos gritaban más fuerte. No se callaban. Me acechaban por todos lados y no me daban un respiro.

Eran aterradores, pero estaban aterrados. Yo lo estaba más.

En algún momento, caí inconsciente.

Nunca vi qué había detrás mío.

Mariposas doradasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora