C3❁

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—Y dime enano, ¿cómo estás? —pregunta Taehyung a Jimin.

—Bien, hoy fue una mañana relajant-

—Relajante, siempre me dices que tus mañanas son relajantes —dice Taehyung con su voz seca, y es que Taehyung quería que Jimin rompa su aburrida rutina de "mañanas relajantes" y tenga algo de emoción en su vida.

Todo era lo mismo.

—Tae...ya hablamos de es-

—No, lo hablo tú mamá —Jimin notó nuevamente la molestia en su voz. Éste solo negó con la cabeza reprendiendo a su mejor amigo. Su madre no era muy sobre protectora, bueno quizás si pero el sabía que lo hacía por su bien.

Pero Taehyung no estaba de acuerdo con que su madre siguiera escondiendo a su hijo en su propia casa de todas las personas, que si no fuera por Hoseok, que es el empleado y Taehyung el mejor amigo de infancia, y vecino, Jimin no hubiera conocido a nadie en este planeta.

—Toda la culpa lo tiene ese maldito mocoso que en la calle te dijo.. —no continúo porque sabía que si lo hacía, las malas palabras saldrían muy rápido.

—Tae, no tiene la culpa, solo eran un niñ-

—No Jimin, su edad de mierda  —y ahí vamos.— no justifica nada, no tenía porque gritarte ni empujarte cuando de casualidad te tropezaste con él al momento de estar practicando a caminar con las malditas muletas, y sabes perfectamente que no le reclamo nada a tu mamá porque no quiero que me aleje de ti —dijo eso último con un poco de miedo, Jimin solo sonrió triste recordando cuando su madre lo alejó por un tiempo de su amigo Taehyung porque él le insistía mucho que lo dejara salir.

—Ay...mi cachorrito —dijo Jimin con su voz melosa acercándose torpemente a los cabellos de Taehyung para acariciarlos, sabía que si se comportaba tierno con él, quizás su mal humor se le pasaría.—¿Por qué mejor no me dices como te fue en tu primer día de clases en la Universidad? —Taehyung suspiró asintiendo, era mejor cambiar de tema.

—Ammmm yo estoy con una polera color azúl y un conejito al medio, pantalón blanco y zapatillas negras, ah...y me planché el cabello...—siempre tan detallado.

—Supongo que te ves bien... —le responde el rubio.—pero...hablo de como te fue ...—ambos chicos comenzaron a reír.

La tarde paso un poco lenta, pero el rubio la supo aprovechar junto a sus dos amigos, enseñándoles a ambos el alfabeto en braille. Luego de aquella clase los tres almorzaron lo que Hoseok había preparado, ya luego comenzaron a contar anécdotas que tenían guardadas, por lo menos Hoseok y Taehyung.

JIMIN

—Es hora de la despedida Jiminie~ — escucho su voz melosa y me preparo para su abrazo, el cual gustoso recibo y lo aprieto más a mi. Sin Taehyung y Hoseok, siento que me sentiría muy solo, solo los tengo a ellos, y claro, a mis padres, pero como no tengo hermanos... a ellos los aprecio como tales.

A Hoseok lo conocí cuando cumplí mis 17 años, el buscaba trabajo y mi madre un niñero ya que no quería dejarme todo el momento a solas por su trabajo. Por lo que sé, Hoseok viene de una familia adinerada, solo por un capricho que tuvo quiso buscar trabajo para ganar dinero por un tiempo y luego irse, pero dice que se encariño conmigo y que no quería dejarme, tuvimos nuestra primera pelea esa vez que me enteré de su estatus, porque me dijo que se quedaría conmigo y no estudiaría, al fin al cabo su familia lo mantendría, yo le dije que no debería hacer eso, que no debería arruinar su futuro por cuidar a un chico sin uno, también fue la primera vez que recibí un golpe por su parte, el me dijo que no hablara así de mi, que yo era más que eso.

Esa vez nos hicimos mucho más cercanos, acepté que se quedara, siempre y cuando, por lo menos, estudie por línea, el no se negó.

Por otra parte, tengo a Taehyung, a el lo conocí cuando era niño, desde mis 3 años, aún puedo recordar su rostro, pero al paso del tiempo se va borrando una parte de él, y con el todas las cosas que alguna vez había visto.

Taehyung es alguien muy especial para mi, siempre estuvo para mi y eso se lo voy agradecer siempre, aveces quisiera ver el rostro de cada uno de ellos.

—Ya Jiminie -escucho la voz de Taehyung interrumpiendo mis pensamientos.—vamos más de media hora abrazados, se que no me quieres dejar ir pero tengo tareas que hacer, además, mi casa queda al lado, vengo para la cena ¿si?

—Lo siento, me dejé llevar.... cuidate Tae—ambos nos separamos y escucho sus pasos alejándose de mi.

El ya se ha ido.

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