C18❁

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Sentado de bajo de un árbol, terminé de apuntar algunas estrofas y cerré mi pequeño cuaderno con el que siempre iba a la universidad.

Me levanté del césped y sacudí mi parte trasera del pantalón negro que llevaba puesto. Metí las cosas que había sacado, cerré mi mochila y lacolgué en mi hombro izquierdo.

Salí del lugar restringido y me encamine hasta la última clase de la semana que tenía.

Había pasado una semana desde esa vez en la casa de Jimin. Recuerdo al pie de la letra todas las palabras que me dijo.

Abro la puerta con sumo cuidado y sin ser visto, me siento en una de las carpetas.

Comienzo a escuchar la clase pero mis pensamientos son interrumpidos por las palabras de mi amigo.

—¿Donde estabas? —me pregunta. Escucho un leve tono de molestia y preocupación.

—Por ahí

Le respondo. El es aveces muy sobreprotector conmigo. Y no lo digo en broma. Siempre me pregunta ¿Ya comiste? ¿Te bañaste? ¿Hiciste las tareas? ¿Donde estás? ¿Con quién estás?, aunque lo última pregunta no tiene mucho sentido ya que solo me junto con él, y lo sabe perfectamente.

Ignorando a Jin, seguí escuchando la clase y luego de unas horas sonó el timbre de salida.

—¿Ahora si me dirás dond~

—Más tarde, tengo que ir a dejar algo, nos vemos

Salí del aula viendo de reojo a mi mejor amigo con los brazos cruzados y el ceño fruncido. Cuando ya estuve afuera, me dirigí hacía mi moto, me subí en ella y arranqué con tranquilada, aunque con algo de prisa.

Después de unos minutos de pasar por unos parques cerrados, me bajé en el medio de una semi pradera y me acerque al lugar en el que había escondido esa caja que hace una semana había visto.

—...michi michi michi michi~

Llamé con voz dulce, inclinándome para captar la atención del gatito que había salvado. Éstee al salir de la caja, se acarició en toda mi bota negra y esta se llenó de pelos.

Me sacudí preocupado para quitar todo el pelo y no quedar con ninguno solo. No es que no me gustaran, no podía llegar a casa con ningún solo pelo porque rosita, apodo que le puse a mi hermana hace mucho tiempo; ella junto a mamá son alérgicas al pelo de los animales.

Por esa razón no quería ningún pelo en mi, y por esa razón no pude llevar al gatito conmigo a casa.

Tampoco se lo pude dar a Jin porque el tiene un perro llamado Jjanggu, muy renegón y viejo para soportar a un gato bebé.

Alertado por los ladridos tomé al gato y la bolsita pequeña que le compré con comida especial. Vi como dos perros grandes se me acercaron y comenzaron a ladrar asustando a la criatura que estaba temblando en mis brazos.

Como pude los aparté y teniendo a salvo al gatito me subí en mi moto y arranqué hasta mi casa.

Al dejar mi moto frente a mi vereda, me quité el casco y un aire recorrió mi espina dorsal. Entonces giro mi mi rostro y veo exactamente como el chico pelirrojo entra a la casa de Jimin.

—¡Hoseok! —grito su nombre, y antes de que el cerrara la puerta me mira.

Me acerco a él con pasos firmes y me detengo a unos metros.

—Jungkook que tal ¿Que sucede?

—¿Está Jimin? —preguntó esperanzado por una respuesta afirmativa, pero el niega con una mueca apenada.

—No, él ahora está en sus chequeos médicos, llegará a más tardar como a las 8 de la noche, y llega cansado así que...

—Claro.., Cuando llegue le avisas que lo estuve buscando

—Por supuesto —acarició al gatito que estaba aún entre mis brazos y se da vuelta entrando a la casa de Jimin.

Yo suspiro agotado mentalmente en busca de una solución pero no encuentro.

Frustrado y sin otra solución, me escabulló por el árbol de la otra vez. Sin ser visto. Y me dentro a la habitación de Jimin.

Arreglo al gatito con unas mantas que encuentro y me siento en un lado de su cama.

Son las 6:56 p.m casi las 7, solo falta una hora para que Jimin llegue y pedirle que se quede con el gatito.

Y hablar sobre lo acordado de la otra vez.


M.A💜

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