C5❁

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—Oye... No te rías...fue el peor día que tuve ...

—L-Lo lamento —habló con dificultad mientras se abrazaba la barriga. Pero es que le daba risa todo lo que le estaba contando su amigo. Desde lo del conserje hasta el castigo que le dio el director. Pero lo que más le daba risa era.— p-pero dime —decía sosteniendo su estómago que le estaba comenzando a doler por tantas risas.— ¿Que fue lo primero que te dijo ese chico?

—Esa cabeza pequeña con cabello de lechuga me dijo:  ¿Oyi porqui ni te fijas? —dijo imitando pésimamente con voz irritada al recordar el momento.

Jimin reír y reía.

—¡Jimin, deja de reírte! —chilló Taehyung, pareciera que su amigo se había tragado una hiena.

El menor no obedeció y Taehyung se cruzó de brazos e hizo un puchero.

Otra risa se escuchó y el peliazuo junto a Jimin giraron su rostro por dónde se escuchó el sonido.

—¿Y tú qué? —preguntó Taehyung dirigiéndole una mirada molesta al pelirrojo.

—Tu puchero me da risa —mencionó para luego reír Hoseok.

Jimin se queda en silencio mientras escuchaba la pequeña discusión de sus amigos diciendo "No da risa, soy tierno"  "Tiernos mis huevos".

Una risita se le escapó tratando de imaginar cómo se veían las expresiones de su amigo, pero anda resultaba. Sin darse cuenta soltó un fuerte suspiro, y llamó la atención de sus amigos.

—¿Jimin-ie? ¿Todo bien? —preguntó Hoseok. El conocía mucho a Jimin, mucho más que Taehyung ya que ambos, estaban de arriba y para abajo, sin exagerar.

Jimin negó.

—Solo se me antojó pollo frito —dijo con una sonrisa y Taehyung comenzó a reír, seguido de Hoseok que decidió no insistir más.

—Esta bien, pediré pollo frito —avisó Hoseok con una sonrisa. Sabía que Jimin estaba pensando otra cosa, pero no lo iba a presionar.

La tarde pasó igual que todas, solo con una pequeña diferencia de que Taehyung cambió de planes y prefirió prepararle unos lindos panqueques a Jimin junto a Hoseok,solo que .... A Hoseok le salieron ricos y a Taehyung quemados, pero...los que contaba era la intención.

La noche se hizo presente después de largas charlas y Taehyung se tuvo que ir a terminar las pilas de tareas que le habían dejado y la carta de disculpa que tenía que presentar mañana por la mañana antes del canto del himno nacional.

Hoseok había dejado a Jimin temprano en su cama porque una llamada urgente había surgido y tuvo que irse, claro, sin  avisarle a la señora Park, porque Jimin se negó. Conocía a su madre y ella dejaría el trabajo inmediatamente para ir a cuidarlo, y el no quería eso.

Hoseok le prometió que llegaría rápido y dejando un beso en la frente de su amigo, se fué.

Ahora Jimin se encontraba por fin, solo, en su cama.

Sin pensarlo más, se sentó y  se levantó de ésta, poniéndose las pantuflas.

Con su pijama de cuadritos color azul puesta, salió de su habitación y caminó con tranquilidad por el pasillo.

—Auch...

Susurró al golpearse con la mesita. Pero eso fue una buena señal ya que al lado de ella estaban las escaleras.

Tomó un suspiro y sin tomarse de las barandas bajó su primer escalón, luego otro y otro, y otro más.

Una sonrisa se dibujo sobre su rostro y como lo supuso, bajó las escaleras, no corriendo pero sabía que pronto lo podía hacer.

—¡Cuidado! —se escuchó un gritó que hizo dar a Jimin un saltito en su lugar. Un " PI PI PI PI" se escuchaba afuera de su casa y se llenó de curiosidad por saber de qué se trataba.

Le tomó unos segundos decir si salir de su casa o no, pero al final optó por un si.

Con pasos cuidadosos se dirigió hacía su puerta, pero antes, tomó un gran abrigo que sabía que colgaba su madre en unos ganchos al lado de la puerta.

Se lo puso y por fin abrió la puerta.

Lo primero que sintió fue una fuerte corriente de aire chocar con sus mejillas, poniendo estás rápidamente un suave rojo.

Sus brazos por inercia se abrazaron a su cuerpo por el frío que sintió recorrer todo su cuerpo.

"PI PI PI PI"

Otra vez escuchó esos pitidos.

Giró su rostro hacía dónde se escuchaban los sonidos y solo llegó a escuchar conversaciones.

—Con cuidado bajen esa caja. Los muebles también, si, ahí

La misma voz que parecía dar indicaciones a otras personas que respondían con un "está bien".

Después de unos cuántos minutos más, al parecer un camión de mudanza por la conversación que escuchó, y claro por su experiencia en automóviles, arrancó y se fue del lugar.

Luego escuchó una puerta ser cerrada y rápidamente giró su rostro.

Como pudo llegó a su puerta y maldijo por debajo.

Su puerta se había cerrado, y el no tenía ninguna llave.

𝕐𝕆𝕌ℝ 𝔼𝕐𝔼𝕊 𝕋𝔼𝕃𝕃 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora