2. ¿Trabajar juntas otra vez?

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POV ALBA

- Alba, Mamen te espera en su despacho – mi compañero Joan es lo primero que me dice cuando entro en la oficina, con más ojeras que nunca, gracias a que después de que mi mujer me despertara a las 3 de la mañana no volví a dormir – me ha dicho que te dieras prisa

- Gracias Joan – le contesto después de resoplar. Ya sabía que hoy sería un día largo, pienso al dirigirme al despacho de Mamen

- Buenos días, Alba – me saluda una vez atravieso la puerta – pasa y siéntate - ¿has hablado con tu mujer? – me pregunta una vez que he tomado asiento

- Verás, Mame, es que mi mujer – no puedo evitar dolor al pronunciar esa palabra, muy lejos quedó la ilusión que me hacía que se dirigieran a ella como mi esposa o, la ilusión con la que yo pronunciaba esas palabras cuando hablaba de Natalia, de mi Nat– llegó muy tarde anoche de uno de sus viajes, pero, ya te dije que en cuanto pudiera...

- Alba, eso me lo dijiste hace más de dos semanas, ¿qué ocurre? ¿No quieres trabajar con ella? Ya sé que mezclar trabajo y pareja – pareja dice, creo que Natalia podría definirse como cualquier cosa menos como mi pareja, al menos, en estos momentos – puede resultar complicado, pero ya lo habéis hecho otras veces y siempre ha funcionado muy bien – tiene razón. Mi empresa se dedica al diseño gráfico y ella trabaja en otra de marketing y publicidad, de modo que nuestras empresas colaboran constantemente, aunque, es cierto, que hace mucho que no nos ponen en el mismo proyecto a las dos.

- ¿Se lo has comentado al menos? - me dice con una mueca de disgusto

- De verdad, lo siento. Voy a hablar con ella y te daré una respuesta - sé que no lo puedo postergar mas, pero me cuesta tanto...

- Te doy esta semana, si no, decidiremos nosotros, siguiendo los pasos de siempre. Alba, sabes que todos los proyectos se hacen siguiendo el mismo método: os decimos la marca y lo que quiere, todos tus compañeros y tú presentáis bocetos de lo que haríais y se lleva la campaña el ganador. Esta campaña es muy grande, no podemos perder la marca y, por eso he pensado en ti y en Natalia, trabajáis bien juntas, cada vez que lo habéis hecho ha sido un éxito total. Pero si no me das una respuesta pronto, presentaré la campaña a todos y que gane el mejor. Ya sabes que no me gustan los favoritismos y espero no tener que arrepentirme de haberte elegido, sin ni siquiera, darles la oportunidad a tus compañeros.

- Hablaré con ella esta semana, te lo prometo, Mamen.

- Está bien. Espero tus noticias, Alba. Ve a seguir trabajando – y así lo hago, salgo del despacho como alma que lleva el diablo y me encierro en mi oficina... a seguir trabajando, dice... como si fuera tan fácil después de hacerme volar por todos mis recuerdos... trabajar con Natalia otra vez... ¿estará dispuesta? Y yo... ¿Lo estoy yo? ¡Con lo fácil que nos resultó en su día hacerlo!, ¿cómo será hacerlo ahora? Aun recuerdo el día que nos conocimos. Yo, con mis 24 añitos recién cumplidos y Natalia con 23 ¡Éramos tan jóvenes!

Yo había ido sola a esa conferencia, pues era enfocada al marketing y, al no ser, el campo concreto de mi empresa no quisieron mandar a nadie, así que me tuve que pagar mi entrada e ir sola. Menos mal que, al menos, era en Madrid.

- Perdona, ¿está ocupada? – me giré y no me pude creer la suerte qué había tenido, ¿se iba a sentar a mi lado la chica más guapa de la conferencia? - ¿puedo? – volvió a preguntar pues yo estaba demasiado ocupada haciéndole el repaso de su vida a su cuerpo y, que cuerpo. Al menos, medía dos metros, morena, ojos café, un tatuaje en la mano que quitaba el hipo... buf...

- Eh, si... si, si, no, no está... quiero decir... puedes, si, no está ocupada, puedes sentarte – madre mía, qué manera de hacer el ridículo

¿Te atreves a recordar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora