¿Te atreves a recordar?

51. Nochevieja

Se viene, no se podía retrasar más, disfruten del cap :)

POV NATALIA 

Había llegado el último día del año y con ella la despedida de este 2020. Un año que había sido una continua subida y bajada, entre mis problemas con Alba y el accidente. No es que mis problemas con Alba hubieran empezado con el comienzo del año, esos ya venían de antes, pero, la vuelta a Madrid, cada año, después de estas vacaciones de Navidad, se hacían cada año más pesadas y, el año pasado, desde luego,  fue horrible la hostia de realidad al llegar a la rutina de nuevo. 

Porque, como ya dijo la Rafi, cuando llegábamos a Elche todo eran tensiones pero, al final de las vacaciones se podría decir que cada vez fingíamos menos y nos dejábamos llevar más. Y claro, cuando volvíamos a Madrid, a la realidad, una vez se acababan las vacaciones, era duro. Laura crecía y el cambio para ella, también, era, cada año, peor. Esperaba que este año no hubiera bajada a la vuelta a casa, que siguiéramos en la cima de esta felicidad que sentíamos ahora. Pero desde la visita de Ici no dejaba de pensar en eso. Y no, no había hablado de ello con Alba, pero no por miedo, esta vez no era miedo. Era la certeza de saber que ni siquiera Alba sabría la reacción que podría tener si recuperaba la memoria, como había dicho Ici y no quería que ella también se rallara con eso. Ya me rallaba yo por las dos. 

Esta mañana, decidimos que por ser la última del año, no íbamos a trabajar. Ya llevábamos bastante avanzado todo y también nos merecíamos un descanso. Ese día lo pasaríamos en familia. Con mis padres, mis hermanos, mi mujer y nuestra hija. Íbamos a pasar el día en la nieve, aunque no fuésemos a esquiar, pero comeríamos por allí viendo la nieve e, incluso, tirándonos algún copo o haciendo un muñeco de nieve, como mi hermana le había dicho todos estos días a Laura que harían, aunque yo tenía mis dudas.

Comimos en un restaurante con aspecto de cabaña. Tenía chimenea y todo.  Un menú más bien escaso, no podíamos comer demasiado si queríamos termina con todo lo que había preparado mi madre para esta noche. Pero desde luego, fue un día de los que merece la pena recordar. 

Llegamos a casa después de comer. Mi hija se durmió en el coche en el que íbamos con mi hermano. Mi hermana y mis padres iban en otro. Eso nos fastidió un poco, pues la idea era dormir cuando llegásemos a casa, pero bueno, que la cuidaran sus abuelos mientras Alba y yo descansábamos, porque si no, dudo que le apeteciese salir esa noche. Alba siempre ha sido un poco marmota, le gusta mucho dormir. 

En cuanto llegamos a casa, yo cogí a Laura en brazos, procurando que no se despertara y la dejé acostada en su cama, en la habitación de mi hermana. Alba y yo nos metimos en la habitación

- Hola - la saludé, en un susurro, muy cerca de sus labios en cuanto cerré la puerta. 

- Eres tonta - me devolvió de esa forma mi saludo, pero antes de separarse cogió mis labios entre los suyos

- No voy a negar lo evidente - le contesté en cuanto pude, metiendo mis manos por debajo de su ropa - me tienes muy tonta - ronee por su cuello, dejando besos húmedos por esa zona. Tiré de su ropa hacía arriba, desnudando su torso mientras la seguía besando por cada parte que iba descubriendo su piel.

Ella metió las manos por la cinturilla de mi pantalón, llegando en seguida a desabrochar mi pantalón y dejándolo caer al suelo. Me deshice de ellos sin dejar de recorrer el cuerpo de mi mujer, a la vez que ella seguía haciendo lo mismo con el mío. 

Liberada de mis pantalones cogí a Alba por la cintura y, ella, en seguida enroscó sus piernas en mi cintura, para dirigirnos así a la cama. Donde la dejé con sumo cuidado y tiré de su pantalón, desnudándola para poder disfrutar de todo su cuerpo. Yo misma me quité toda la parte de arriba que cubría mi cuerpo.