7. Ojalá que pronto

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  Lo primero, gracias por darle tanto cariño a esta historia. 

Lo segundo. Sabemos que la historia tiene algunos fallos del ámbito de la medicina, del que no somos muy expertas. Gracias por las aportaciones que nos habéis hecho por privado en IG. Algunas cosas, las vamos cambiando gracias a lo que nos habéis dicho, otras, se tienen que quedar así, aunque no sean realistas, porque si no, tendríamos que cambiar capítulos casi enteros, pero espero que sepáis perdonarnos las licencias que nos hemos tomado porque todo cuadre en esta historia. 


POV NATALIA 

Alba llevaba 3 días en aquel box de la sala de observación, donde la habían pasado al terminar la operación. En esos días, ya había llegado toda la familia, tanto mis hermanos y padres de Pamplona, como mis suegros y cuñada de Elche, pero Alba no se despertaba. Los médicos decían que todo estaba yendo bien. Hoy le bajarían la sedación y si todo iba bien, más tarde le retirarían la respiración mecánica. Entre su madre, su hermana y yo, nos turnábamos para estar con ella en esa horrible habitación,. Todas queríamos estar con ella, pero también con Laura. Laura, mi pobre niña, todos los días preguntaba por su mami. Solo le habíamos dicho que estaba malita pero que se iba a poner bien. Yo sabía que se iba a poner bien. Sabela me dijo que no debía darle falsas esperanzas a Laura, que era muy pequeña y que había que decirle, adecuada a su nivel de comprensión, la verdad. Una verdad terriblemente dolorosa que no quería ni plantearme, porque yo estaba segura, convencidísima, de que Alba se iba a poner bien. Que en poco tiempo estaría de vuelta en casa y todo estaría en el mismo sitio, como siempre, excepto que yo, ahora, iba a luchar por volver a ser la pareja que un día fuimos. Me había dado cuenta de que la quería y nada ni nadie me iba a impedir que luchara por ella.

Marina y yo estábamos en el hospital cuando vimos entrar a los médicos al box donde estaba Alba. Desde fuera solo los veíamos moverse de un lado a otro y mirar la pantalla, la misma que nosotros mirábamos, aunque no sabíamos que significaba lo que allí marcaba. Dejé de mirar la pantallita aquella y miré las caras de los médicos, parecían alegres, aquello no podía significar nada malo. Unos minutos después, que a nosotras se nos hicieron eternos, los médicos salieron de allí, dirigiéndose el doctor del primer día, Sanz, a hablar con nosotras

- Buenos días, Natalia y...

- Marina, soy hermana de Alba – el doctor le sonrió a mi cuñada y siguió hablando

- Bien, como ya dijimos ayer, hemos retirado un poco de sedación, seguirá dormida, pero nos valdrá para saber como responden sus constantes, si va todo bien, mañana retiraremos la intubación y la sedación.

- Muchas gracias doctor – Marina y yo nos abrazamos apenas el doctor se dio la vuelta, eran momentos cruciales del proceso. Estaba ansiosa porque llegara mañana y fuera todo bien

Aproveché que hoy Alba seguiría dormida para ir al trabajo de Alba a hablar con Mamen y llevarle todos los papeles que me habían dado en el hospital para la empresa. Sabela se ofreció a acompañarme y yo se lo agradecí, necesitaba respirar un poco fuera de casa y del hospital, pues era donde había estado desde el accidente.

Tuve que pasar por mi trabajo, pues solo había avisado de que no iba a ir en unos días y tenía como 20 llamadas perdidas de mi jefa, Noemí. Tenía muy claro que no iba a volver hasta que mi mujer estuviese bien, me daba igual que me lo quitaran de las vacaciones, que me echaran o que hicieran lo que quisieran, pero no me iba a mover del lado de mi mujer. 

Sabela estuvo conmigo en todo momento, sabía que, "despedirme" de mi trabajo me iba a costar, porque cuando le dijera a Noemí, mi supervisora directa y compañera de juergas, que me iba a cuidar de mi mujer, ella no se lo iba a tomar bien.

¿Te atreves a recordar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora