¿Te atreves a recordar?

35. Querer, necesitar, amar....

Hola!!

Aquí va, el capítulo del sábado 

Leed la nota del final, por fi, necesitamos vuestra opinión

Gracias mil!!

POV NATALIA

- Nat, tranquila. Yo estoy bien y Laura – guardó silencio unos segundos, los más largos de mi vida – también ¿Podemos vernos?

- Claro - joder, por una vez los dioses habían oído mis súplicas, ¿qué se le regala a los dioses para que te vuelvan a escuchar? Ahora que me habían escuchado no quería que dejaran de hacerlo. 

- ¿Dónde estás? Puedo ir a buscarte, si quieres, yo... estoy trabajando en casa de María, si quieres nos vemos en su cafetería o, puedes subir a su casa, no hay problema, claro, no sé, como tu quieras, si no quieres no, no pasa nada. Puedo ir yo a casa, o bueno donde estés, puedo ir a buscarte, no tienes por qué estar en casa, claro, te voy a buscar donde estés – de pronto oí unas carcajadas al otro lado de la línea - ¿Alba?

- ¡Ay! Perdona Nat, es que... no he podido evitar reírme al ver como te embalas... me ha recordado a... - su voz empezó a bajar de volumen y lo que empezó en un tono jocoso terminó en un suave murmullo entristecido – da igual. No importa – volvió a su tono inicial – esta mañana no puedo, tengo, tengo... cosas... si quieres, quizás, podamos comer juntas, no sé, o, bueno, no sé... yo realmente, quiero hablar contigo, si, tenemos que hablar - ¡qué mal sonaba eso siempre! – pero ahora no puedo

- Vale, Albi, no te preocupes, no pasa nada. Tú, solo, solo dime cuando puedes - ¿de verdad no podía quedar en ese momento? Que yo supiera no había comenzado a trabajar, quizás, ¿tendría alguna consulta con algún médico? – si tienes que ir a algún médico ahora, puedo... si tu quieres, yo puedo llevarte

- No, Nat, tranquila – por su tono, deduje que no debía insistir

- Bueno, pues tu dirás – contesté algo más borde, aunque no era mi intención, pero la impaciencia que tenía por quedar con ella, porque hablásemos, me estaba jugando una mala pasada. ¡Llevábamos 12 días sin vernos, sin hablar! Ya no aguantaba más...

- Si quieres, yo... podemos quedar mientras Laura se echa la siesta. No sé, se puede quedar con María, con Sabela... o, si quieres, Mimi...

- ¡No! – volví a contestar demasiado rápido. Era mi tiempo de estar con ella, no iba a estar con Mimi – pero ¿por qué no podemos quedar mientras ella está en el colegio, Alba? Solo la veo por las tardes, un rato de la tarde y... no me apetece dejársela a nadie - si, estaba impaciente por verla, por hablar con ella, pero es que Laura era mi niña, ¿¡como la iba a dejar con alguien para unas horas que la veía al día!? Tenía que aprovechar que era chiquitina, cuando fuera grande ya... ¡ugh! no, ese sueño no se iba a cumplir, mi niña iba a seguir siendo una niña dulce y cariñosa con nosotras... ¿verdad?

- ¿Nat? - se ve que me quedé más callada más tiempo del que era normal

- Sí, si, perdona... entonces, ¿podemos quedar mientras la peque está en el cole? - le volví a preguntar con ilusión, y también con impaciencia

- Vale, Nat. Está bien – mi cara mostró una sonrisa en ese momento, ella no me veía, y yo tampoco estaba frente a un espejo, pero lo sabía. Estaba feliz, de repente, esa nube negra, había desaparecido. ¡Iba a quedar con Alba!. Definitivamente, los dioses estaban de mi parte ese día. Les tenía que hacer un gran regalo, no sabía que tipo de regalo se hacen a los dioses, pero tenía que hacer algo para que me recordasen... Es que, quizás, hasta podríamos comer las tres juntas – si te va bien, nos vemos mañana, por la mañana, mientras está en el cole...