47. Abuelo

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hi!! ¿Cómo vais? 

Ante todo, disculpas por la falta de capítulo ayer. Dígamos que el puente no le ha sentado demasiado bien a nuestra inspiración, pero esperamos poder recuperar el ritmo desde ya. 

Hoy, solo un capi, pero vale por dos porque es el doble de largo, ¡eh!

Esperamos que os guste, ha sido un capi de 3: E, Vero (que soy yo jiji) y la  genial colaboración de rainbowtroublemaker

Nos leemos en los comentarios ;-)

SIN POV

Se escucharon, se hablaron, se besaron, lloraron, se consolaron, se apoyaron... hicieron todo lo que hace una pareja. sin embargo, para ellas, pasar un día así, no era lo normal. Natalia se había olvidado de vivir esa sensación en los brazos de su mujer. Alba, lo tenía más reciente, al haber olvidado de su memoria los últimos 6 años, pero habían pasado tantas cosas en esos meses, que, simplemente estar en el sofá abrazando a su mujer como si no hubiera un mañana, aunque esta estuviera dormida, le parecía el mejor plan del mundo. Porque, quién sabe, a lo mejor, no había un mañana para ellas, aunque quisieran creer que sí, pero, desde el accidente, preferían no pensar en qué iba a pasar mañana.

En cuanto las cuatro rubias se fueron de la casa, las mamis hicieron caso al consejo de su hija y se metieron en la cama, no se taparon con dos mantas, sino con una manta y el edredón, que, para el caso, hacía el mismo servicio, ¿no? Ambas esperaban que, si llegaba su hija y las veía así, no las regañara porque les faltaba una manta...

POV ALBA

- ¿Qué te apetece comer, mi vida? - le pregunté sobre la una y media del mediodía. No tenía hambre e imaginaba que ella tampoco, es lo que tiene tener las emociones a flor de piel, que te quita el hambre, al menos, a nosotras. Pero, en algún momento, tendríamos que comer si queríamos llegar con el mínimo de energía para la hora que volviera Laura.

- No tengo hambre, Albi - me contestó con cierta cara de pena - Pero con toda la comida que hizo ayer tu madre para cenar, podemos coger cualquier cosa de todo lo que sobró.

Y eso hicimos, comimos en la cocina, para no ensuciar demasiado y nos volvimos a meter en la cama, donde nos volvimos a acurrucar. Volvimos a hablar de cosas banales y de cosas importantes hasta que oímos la puerta y empezó a escucharse jaleo, las tres escandalosas y mi hija, habían llegado. No nos hicimos esperar para bajar a recibirlas y que nos contaran que tal había ido.

- ¡Mamá! ¡Mamá! - se tiró mi hija a los brazos de Natalia, que tuvo que soltar mi mano para poder cogerla

- ¡Mi vida! ¿Cómo lo has pasado?

- Muy bien mamá, mira - nos señaló un par de bolsas que llevaban Marina y Mimi - todo eso me lo ha traído Papá Noel en casa de los tíos. ¡Mira! - les arrebató la bolsa y empezó a sacar cosas- esto para pintar con mami - y sacó un maletín con rotuladores y ceras - un perro para pasear - era un perrito teledirigido que iba con una correa, que en realidad era el cable - hace caca, mamá - nos dijo como si fuera un secreto - y mira, un gato para dormir con el - era un peluche simulando un gato negro de pelo largo - los tíos dicen que puedo dormir con él pero yo les he dicho que tengo tres de verdad que también quieren dormir conmigo... Mami - se dirigió ahora a mí - creo que necesitamos una cama más grande porque ya no vamos a caber

- Bueno, cuando vayamos a casa habrá que distribuirnos mejor - le contesté divertida ante la preocupación que tenía en ese momento

- Vale - aceptó - mamá, el abuelo me ha dicho que me fuera con él a su casa, pero yo les he dicho que tenía que venir a cuidaros, ¿ya no estáis "refriadas"?

¿Te atreves a recordar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora