57. Por eso siempre están juntos. Porque son familia

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Hola, Hola!!

¿Cómo vais? 

Contadnos cositas... de momento, nosotras, os dejamos un capi que esperamos que os guste!


POV NATALIA 

- ¿De verdad, mamá?

- De la buena. Te lo prometo - mi pequeña se me tiró a los brazos a celebrar la noticia

- ¿Y Lidia y Jesús también? - me volvió a preguntar separándose lo justo de mi para mirarme 

- Claro, mi vida, ellos también vienen. De hecho, Miriam tiene que estar al llegar a la cafetería, así que, hay que darse prisa 

- Bien - gritó demasiado cerca de mi oído al volver a dejarse caer contra mi pecho

Le acababa de dar a mi hija la noticia de que iba a venir Alba al parque con nosotras. La alegría que tenía no era, especialmente, por verla, pues la había visto esa mañana, sino, porque, por primera vez, desde Pamplona, íbamos a estar las tres juntas en un parque. Porque, es verdad que coincidimos en la cafetería una tarde, pero creo que, al haber más gente, ella no lo veía igual, quizás el hecho de que lo de la cafetería fuera casual y para el parque hubiéramos quedado, también lo hacía diferente a sus ojos.  A los míos lo era, desde luego... quizás, simplemente, el hecho de que yo se lo dijera como si fuera motivo de celebración, le había contagiado las ganas. O quizás es que la intensidad de mi hija era así.

Yo estaba muy nerviosa, menos mal que me había escrito, prácticamente, a la hora de quedar, pues nos dimos, escasamente, 1 hora de margen y, de esa hora, había gastado 10 minutos en explicarle a mi hija que iba a ir su mami con nosotras y el tiempo restante, esperaba pasarlos con Miriam, con la que había quedado para que me dejara a los niños mientras ella iba a un ensayo con Mimi. 

- Hola Miriam - la saludé como ya era habitual, primero a ella con dos besos y, después a los niños. Jesús se lanzaba a mí en cuanto me veía, siempre había presumido de ser su tita preferida y, Lidia... bueno, ella no pasaba de hacerme un gesto con la manita. Tampoco insistía, a los niños hay que dejarles su tiempo. 

- ¿Qué tal, Natalia? Pareces contenta - me preguntó animada

- Si, lo estoy. Mucho. Alba me ha escrito y nos vamos a encontrar en el parque

- ¡Qué bien! me alegro mucho, Natalia - se quedó callada de repente - esto... si quieres... no sé, le puedo decir a Mimi de cambiar el ensayo, o incluso llevarme a los niños... a lo mejor ella...

- No, no, que va. Ya le he dicho que venían. Ella encantada y, yo, también. Sin problemas, de verdad. 

Nos tomamos un café mientras hacíamos tiempo, ella para irse al teatro y yo, para mi encuentro con Alba. 

Miriam me tuvo bastante entretenida contándome algunos detalles de su personaje y del de Mimi... 

- ¿Y qué, ya le has dado el beso? - bromee, pero ella bajó la cabeza sin seguirme la broma - ¿va todo bien?

- Em, si... es solo que... nos hemos saltado esa escena - me dijo con ¿decepción? 

- Ajá... - sinceramente, si a mi me hubiera dado la hostia que me dio a Mimi, también me saltaría esa parte... pero no iba a decir nada, se la veía apurada de verdad - ¿Y a ti te molesta? 

- No, no... o sea, si... no, no lo sé...- empezó a gesticular con sus brazos de forma exagerada - o sea, que yo entiendo que ella no quiera besarme, ¿sabes? 

- ¿Y tú a ella? - le corté el titubeo 

- Yo... si... o sea, no... no es que si quiera besarla...  quiero decir.... que no es eso... pero, es que, claro, es mi trabajo, ¿no? claro, entiendo que si el personaje es... así... pues... - glitcheo poniéndose cada vez más roja

¿Te atreves a recordar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora