¿Te atreves a recordar?

52. ¿Vuelta a casa?

POV MIMI

Solo un mensaje me había hecho falta para saber que algo grave debía haber pasado para que Alba se viniera antes de tiempo de Pamplona. 6 palabras para ponerme en marcha e ir al encuentro de mi amiga, porque si, porque si ella me necesitaba, yo iba a estar ahí. 

- Mimi, ¿dónde vas? - me preguntó Marina, cuando vio que me ponía en marcha tan temprano

Marina se había estado quedando en mi casa desde que habíamos llegado a Madrid, dos días antes de nochevieja. Apenas habíamos dormido, por no decir que no habíamos dormido nada esa noche. Habíamos estado de fiesta y habíamos terminado a las 8 de la mañana, después de comer los churros de rigor para empezar bien el año. 

- Mini, duerme tranquila, ¿vale? Me ha llamado... Laura - fue la primera que se me ocurrió. Laura era una compañera de la compañía de teatro y de la academia. Marina sabía que lo estaba pasando mal en estos días, así que era la persona perfecta para que no siguiera preguntando

- Vale. Pero tienes que descansar tu también.

- No te preocupes, Mini - le besé el pelo y salí disparada a la cocina, a chutarme un café, en un intento de parecer persona cuando me viera Alba. No sabía que había pasado ni en que condiciones estaría, pero lo que no quería es que encima, se preocupara por mi aspecto. 

Una hora y media después de estar esperando en la puerta del piso, gracias a que, al rato de estar plantada en su portal salió un vecino y pude colarme, apareció Alba con... ¿su cuñada? No conocía mucho a los hermanos de Natalia, pero por alguna foto de ella, la pude reconocer. 

En cuanto la vi cabizbaja, no lo pude evitar y me lancé a ella. Nos abrazamos las dos como si allí no hubiera nadie más, mientras ella se rompía llorando de forma desconsolada. 

Cuando consiguió tranquilizarse me separé un poco de su cuerpo cogiéndole la cara por la barbilla para poder verla bien. Tenía los ojos rojos y la cara de no haber dormido en cien años.  

- ¿Sabes que me encanta tu voz, verdad? - le dije medio susurrando mientras le quitaba las lágrimas de la cara con mis pulgares. Era mi forma de decirle que podía contarme lo que quisiera. Ella solo asintió y se separó de mi lo justo, para presentarme a su cuñada, aunque siguió apoyada en mi

- Elena, ella es Mimi. Mimi ella es mi cuñada

- Hola Elena - me quise acercar a ella a darle dos besos, pero en seguida me estiró la mano parando mi intención. Tampoco me ponía fácil el movimiento Alba agarrada a mi cintura 

 Como pudo, sin soltarme, y aún con lágrimas en sus ojos, Alba abrió la puerta y nos dejó pasar. Primero Elena y después ella tirando de mi. 

- Disculpa la escena, Elena – le dije a Elena, entendiendo que le había molestado nuestro efusivo encuentro y de ahí su rechazo hacía mi. Pero es que, no lo había podido evitar, ver así a Alba, sin saber cual era el motivo, me había partido el alma y había ido con todo a consolarla. Porque por más que me convenciera a mí misma que no tenía que ser tan efusiva, que no podía actuar sin mirar a mi alrededor, cuando alguien que me importaba, estuviera así, iba a estar de la única forma que sé. Con todo lo que tuviera, aunque solo fueran mis brazos para sustentar o mis palabras buscando su calma.

POV ELENA  

No me lo podía creer, ¿de verdad había dejado a mi hermana en la mierda para ver esa escena? ¿Quién era esa en la vida de mi cuñada que tan efusivamente se abrazaban? Sabía cual era su nombre, sabía que había estado con ellas en Elche, pero, ¿era necesario abrazarse así? Mi hermana me lo había contado todo, incluso que ambas se habían puesto los cuernos y no salía de mi asombro ante toda la información. Alba en el camino no me contó nada. Solo lloraba y se tranquilizaba, para empezar a llorar otra vez al rato. Entendía que lo que les había pasado no era fácil, pero, ya lo habían hablado en Elche, ya lo habían aclarado, ¿a cuento de que venía esta espantada? ¿Por qué había tenido que dejar a mi hermana hecha polvo, sin explicaciones, sin querer que viniera con ella, para volver a Madrid tan rápido?