27. La maldita bolsa, con el maldito logo

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Buenoooo nuevo cap por que lo prometimos hace unos días por el cumple de Albalia1226, no os acostumbréis, a partir de ahora voy a replantearme el pediros el DNI para ver si no nos la coláis, jajaja, el otro día fue una chica con que era su cumple y solo era el de su gato.

JAJAJ

Ahora si disfrutarlo :)

POV ALBA

Llevé los a la mesa para empezar a comer

- ¿Nat? - la llamé en vista de que no venía - ¿Vienes? - estaba contenta, feliz. Era la primera vez que había salido de mi mujer acercarse a mi, desde que salí del hospital, buscando algo más que un beso. Ojalá Laura se durmiera pronto hoy, porque me moría de ganas por estar con ella, tumbadas, en la cama, aunque fuera haciéndonos mimitos. 

Nat apareció por el comedor, dejó el agua encima de la mesa y se dispuso a comer, sin decir nada. Ahora estaba más seria, ¿qué le había pasado?

- ¡Mamá! ¿Me oyes? – mi hija estaba esperando que le cortara el filete, si, filete, porque yo soy vegetariana pero ella no. Natalia parecía ida 

- Nat, ¿estás bien? - en ese momento me miró, fría y con la expresión más triste que le he conocido, ¿qué le pasaba?

- Mamá, ¿me partes esto? - le dijo por enésima vez, pisando mi pregunta, que se quedó sin respuesta

- Claro, mi vida – no levantó la vista ni hizo ningún comentario, a pesar de que mi hija no paraba de hablar y decirle cosas

- Nat, ¿estás bien? - pero otra vez, su respuesta fue una mirada gélida y con una expresión triste, incluso, diría, temerosa. 

POV NATALIA

No me lo podía creer. Había tenido una mañana fantástica. Después de una reunión un tanto tensa, Noemí había aceptado que yo no iba a viajar, por lo menos, en una larga temporada. No me pueden obligar, sin embargo, me daba la sensación de que si me negaba, querían que pareciera que estaba traicionando a la empresa, pero es que en este momento de mi vida no quería salir de casa y estar días fuera. Bueno, ese era mi pensamiento hasta que he llegado a casa, mi mujer me ha recibido con los brazos abiertos, contestando afirmativamente a mi proposición de pasar un rato juntas, solas, en la intimidad de nuestro cuarto. Pero...cuando abrí la nevera, la realidad me saltó a la cara ¿Alba había vuelto a la heladería donde trabaja Sofía? ¿Por qué? ¿Acaso ya la recuerda? ¿Acaso quiere retomar con ella lo que sea que tuvieran? ¿Por qué me abraza entonces como si estuviéramos bien?

- ¡Mamá! – escuché a mi hija – Mami me ha traído un postre. El que yo he elegido. He conocido a la señora que los vende – miré a mi mujer que sin decir nada, se levantó de la mesa y se llevó los platos

- Nat – me llamó desde la cocina

- ¿Qué? – le contesté, pero sin levantarme de la silla, sin moverme del sitio

- ¿Puedes venir un momento? –  ¿qué me iba a decir? ¿de verdad Laura ha conocido a su amante? ¿Por qué ha entrado? Sin llegar a contestar me levanté para dirigirme a la cocina, yo no iba a ser como ella, yo iba a dar la cara. Íbamos a hablar, si o si. 

- Dime – le hablé fría. Era eso o dejarme llevar por la ira y, con la niña al lado, no quería hacer eso. 

- Nat, te lo explico luego, ¿vale? Todo está bien, mi vida - Se acercó a mi y me cogió de la barbilla para que dirigiese mi mirada a ella – todo está bien, voy a explicártelo todo, ¿vale? – asentí, despacio y no muy convencida, pero iba a escuchar lo que me tenía que decir, después, tendría que escucharme ella.

¿Te atreves a recordar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora