82. Tic: bebé, tac: trabajo

3.1K 175 70
                                    

Hola!!

Muchas gracias por todos los comentarios de ayer. De verdad 💖💖💖. La situación sigue sin arreglarse pero con todos vuestros mensajes, conseguistéis que me sintiera un poco mejor. Sois lo mejor. 

Os merecéis capítulos de 10.000 palabras y dobles cada día, pero no me sale nada más... llevo todo el día para escribir este y, aunque me viene bien para despejarme, también me rayo mucho y tengo que parar cada poco... pero aquí seguimos... 

Esperamos que disfrutéis este capítulo en el que ya, se van cerrando cositas... 

Comentad, por fis 🙏🙏


POV MARINA 

- No te tendrías que haber levantado conmigo, puedes aprovechar para descansar 

- Lo sé, Ele, pero también puedo aprovechar para desayunar contigo y es lo que quiero hacer. No te preocupes, mi amor, prefiero aprovechar cada minuto que esté aquí, para estar contigo. - le dije mientras le daba varios picos, uno detrás de otro

- Eres demasiado romántica para mí, pero que voy a hacer, si me encantas - arrugó su nariz y me empezó a besar la cara - ¿y qué vas a hacer en Pamplona toda la mañana? - me preguntó después de un rato en silencio, en el que preparamos los desayunos. 

- Pues no sé, dar una vuelta, conocer un poco el centro... 

- Pero, ¿buscas algo? - me preguntó dubitativa 

- No... solo que no me quiero quedar en la cama toda la mañana. 

- Vale... pero si necesitas cualquier cosa me llamarás, ¿verdad?

- Claro - ese día a Elena le tocaba guardia en el aula matinal, así que entraba más temprano. No había nadie en la puerta aún, pues, ella debía entrar antes para prepararlo todo... lo bueno de eso, es que nos pudimos recrear en la despedida. 

Si buscaba algo, buscaba nuestro próximo piso, el piso que compartiríamos en Pamplona. Estaba decidida a irme a vivir allí con Elena hasta que pudiéramos mudarnos a Madrid... o quedarnos en Pamplona para siempre, porque ella tenía su trabajo aquí y yo, tenía mi trabajo en todas partes y en ninguna. 

Obviamente no iba a buscar piso sin consultarle, pero si quería saber las posibilidades que teníamos, ver precios, coger algunos teléfonos, caminar por las calles...  y eso hice, hasta la hora del desayuno de Elena, que fui a la cafetería en la que me había dicho que iría con algunos de sus compañeros. 

- Hola, mi amor - Elena se acercó a la barra donde estaba yo y me saludó con un beso en los labios. Estaba un poco fuera de juego con la que tenía que saludar a Elena, porque a veces, se mostraba cariñosa, como cuando estábamos solas en Madrid... otras veces, como anoche, se tensaba ante el mínimo gesto. Aunque, obviamente, yo le devolví el beso y el saludo encantada 

- Así que esta es la famosa Marina por la que nos cambias las guardias - se asombró Fernando cuando Elena nos presentó, pero más me asombré yo cuando me dio un abrazo - que sepas que a mi ya me caes bien, aunque me la robes algún lunes. 

- Pues, gracias... supongo 

- A tí, a tí - miré a Elena esperando que me explicara eso de las guardias y ella lo entendió

- Como cada vez que voy a Madrid intento aprovechar y quedarme, al menos, hasta el lunes, cuando no voy le hago las guardias a estos - dijo señalando a los compañeros que ya me había presentado - y así, yo, tengo más tiempo los lunes 

- Pero, ¿qué es eso de las guardias? ¿En los coles también se hacen guardias? - pregunté extrañada 

- A ver, son las cosas de los colegios privados, cariño - me contestó Fernando con obviedad. Alcé una ceja mirando a los dos 

¿Te atreves a recordar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora