¿Te atreves a recordar?

46. ¿Habéis dormido con el culo depastado?

Aquí va el de hoy. Sin POV, a ver que os parece... 

SIN POV

A la mañana siguiente, la pareja tuvo el mejor despertar que pudieron tener

- ¡Mami! No has "vinio" – Alba, que casi no había dormido en toda la noche, velando por el sueño de su esposa, prácticamente cogió a su hija al vuelo y le puso el dedo en sus labios para que no despertara a Natalia, pero ya era tarde...

- Buenos días, mi vida - oyó como su mujer saludaba a la peque también, con la voz bastante grave, producto del llanto de toda la noche y, las pocas horas que llevaba durmiendo. 

¿Estáis malitas? - preguntó confusa

- No, mi vida, ¿por qué? - le preguntó Alba, también confusa por la pregunta.

- Porque tenéis los ojos rojos... a lo mejor estáis "refriadas", porque la tata dice que si duermes con el culo "depastado", te "refrias"

- Destapado - la corrigió Alba- 

- Eso....pues cuando duermes así, te resfrÍas y vosotras tenéis el "erdedón" en el suelo - la pareja no pudo evitar la sonrisa y entre las dos se pusieron a darle besos por la cara y en todos los lugares donde podían, mientras su hija reclamaba un "dejadmeeeeee" "sorroooocooo" que hizo que el resto de Reches acudieran a la habitación

- ¿Ya estáis despiertas? - se atrevió Marina a romper ese momento mamás e hija

- Tata, han dormido con el culo "despastado" - la niña entre las risas y las cosquillas que seguían haciéndole sus madres cada vez hablaba peor. 

- Vamos a pegarles una paliza a las dos, ¿verdad? Eso no se hace - le siguió el rollo Marina, mientras Rafi miraba la escena, amenizada por su hija menor

- ¡Noo! - se quejó la niña, que no vio bien eso de "dar una paliza a sus madres" - no se pega, tata. 

- ¡Uy! perdón, perdón, tienes razón, no se pega 

- Venga, dales muchos besitos a tus mamis que vamos a desayunar y nos vamos a casa de tus primas, cariño - le dijo Rafi a la niña 

- Vamos, mami, mamá, a desayunar - ordenó la niña, ni corta ni perezosa

- Baja con la abuela cariño, ahora mismo bajamos nosotras - le dijo Alba, que quería asegurarse de que Natalia estaba, al menos, suficientemente bien, para ese desayuno con su hija, la intensidad de las Reche y Mimi, que imaginaba que andaría por ahí

- ¡Noooo! Mami, yo con vosotras. Abu, baja tú, ahora bajamos nosotras - la abuela no pudo hacer otra cosa que reír ante eso

- Venga, cariño, vente conmigo - volvió a hablar Marina - ¿quieres que vayamos a por churros?

- No, yo quiero con mi mami y mi mamá. Ves tu a por churros - se había levantado mandona la niña. Quizás intuía que había pasado algo, quizás solo quería estar con sus mamis, porque si, quizás porque se había olido que el día anterior no había sido el mejor para ninguna de las que estaban en esa casa, quizás hay demasiadas posibilidades para adivinar como piensa la mente de un niño, una niña en este caso.

- A ver, mi vida - le dijo Natalia, que era la primera vez que hablaba desde que tenían publico - ¿por qué no bajas con la tata y la abuela mientras yo voy a lavarme la cara y tu mami se viste?

- No, no y no - se puso cabezona la niña - yo quiero con vosotras - Natalia miró a Alba asintiendo para bajar con ella. Después de todo, ¿qué necesidad había de hacerle pasar un mal rato el día de Navidad? Y en ese momento, se miraron las dos y, como si se hubieran leído la mente una de la otra, supieron lo que le pasaba a su hija: Papá Noel, el regalo que le había pedido...