13. Su nombre de "chip"

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 V: Holi! Entre mi compi de fic y yo tenemos un dilema, a ver que os parece jejeje

Ella quiere regalaros una maratón, para el fin de, de 4 capítulos... yo digo que son muchos, ¿qué opináis? 😏

E: Es que he aprobado :)


POV NATALIA

Cuando me fui del hospital, dejando a mi cuñada con Alba, le escribí un mensaje a María para decirle que iba a visitarla a su cafetería. Ella me contestó con un ok, simplemente, pero cuando llegué, Sabela ya estaba allí. 

- ¿No tienes pacientes que atender hoy? – fue mi saludo para la gallega

- Los he dejado a todos para atenderte a ti, que me han dicho que eres un caso grave – bromeó

- Pues grave no sé, pero... - Sabela no necesitó que dijera nada más para darme un abrazo, mientras María nos miraba desde la barra

- ¿Helado o tortitas? - preguntó la rubia cuando nos separamos

- Tortitas – pedí yo. Era verdad que era igual que Laura en nuestro gusto por las tortitas.

- Otras para mí

- Pues tres de tortitas, venga, iros a la mesa que os las llevo y ya no trabajo más esta mañana.

- ¿Qué tal estás?

- Pues ahí voy, Sabela. Contenta, porque Alba ya está fuera de peligro, pero... bueno... llevándolo – la verdad es que el miedo no me dejaba disfrutar de tenerla a mi lado de nuevo. No conseguía relajarme, pensando en qué podía decirle y qué no. No quería alterarla por hablar de más, por si se me escapara algo que no debía saber hasta que estuviera, al menos, recuperada de la operación pulmonar. Los médicos habían dicho que era muy importante que no se alterara, y solo pensar que si eso pasaba, la culpable, podía ser yo, me llevaba a un estado de tensión muy difícil de aguantar. Tampoco podía quitarme de la cabeza qué podría pasar cuando recuperase la memoria. Me estaban matando las dudas de saber si querría que me alejara de ella, si querría volver a intentarlo... No quería hacerme ilusiones, pero tampoco podía evitar dejarme llevar cada vez que me llamaba con apelativos cariñosos que un día, perdimos. Cada vez que me miraba a los ojos de forma limpia, sin dudas, sin miedos, sin decepción ni frustración. 

- Acojonada, ¿no? - Sabela siempre sabía leerme

- Mucho- le dije mientras me dejaba abrazar, otra vez, por esos brazos reconfortantes 

- !Oye! que yo también quiero abrazar a mi morena - bromeó María, uniéndose a aquel abrazo, en mitad de su cafetería, después de dejar la bandeja donde traía aquel desayuno en la mesa que nos había adjudicado. 

Estuvimos un rato, allí las tres, abrazadas, sin prestar atención a nadie de nuestro alrededor. Menos mal que María tenía a sus camareras, Marta y a Noelia, que llegaban a todos sitios, si no más de uno se hubiera ido enfadado esa mañana.  

- Sabes que aunque Alba no recupere la memoria, tendréis que decirle, en algún momento, todo lo que ha pasado en estos 6 años, ¿verdad? - rompió el silencio que se había instaurado, mientras disfrutábamos de nuestras tortitas, Sabela. 

- Pues no sé - ¿habría que decírselo? Debió ver terror en mis ojos, porque siguió hablando después de una pausa.

- Alba tiene que saber lo que ha hecho con su vida en estos 6 años, no sería justo para ella ni para ti no saberlo, NatiNat. O si no, imagina, no se lo dices, estáis felices, y el año que viene le viene todo... ¿tú sabes lo que puede significar eso para vosotras?

¿Te atreves a recordar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora