All the love that I have.

Tenemos que hablar

-Hija, hija, hija ¿Creíste que metiéndome en la cárcel ibas a alejarme de ti?-dijo mi padre desde el otro lado de la habitación, trate de zafarme y buscar una salida pero estaba amarrada en una cama con solo mi ropa interior.

-¡Harry!-grite.

-Grita todo lo que quieras, solo estamos tu y yo-espetó èl, yo comencé a tirar fuertemente de mis manos para al menos aflojar la tela que me sujetaba de la cama, pero era imposible, solo conseguía lastimarme, èl solo me veía lasciva y sonrientemente, viendo lo estúpida que estaba siendo, sabiendo que no podía hacer nada, èl se acercó a mi colocándose sobre mi abdomen, tomándome de la mejilla.

-Realmente eres bonita-dijo moviendo mi rostro de un lado a otro.

-¿Por qué sigues haciendo esto?

-Porque puedo-èl bajó su mano a mi cuello y apretó con fuerza, impidiéndome respirar, no podía hacer mas nada, mis manos estaban atadas y mis piernas no llegaban a su cuerpo. Comencé a toser con fuerza, sintiendo la presión en mi cabeza. Me sobresalté despertando de esa horrible pesadilla, la habitación estaba oscura y yo ya no estaba en el sofá donde había estado antes, sino en mi habitación, tenía todo mi cuerpo entumecido y pegajoso por el sudor, me senté en la cama y comencé a tranquilizar mi respiración que aun seguía agitada. Me levanté y fui al baño, me sorprendí al ver todo mi rostro hinchado, me enjuague varias veces y salí. Al bajar me encontré con Harry y Dylan jugando, Benja y mi madre no estaban.

-Hola, enana-dijo Dylan sin apartar la vista de la televisor, Harry si lo había hecho, me estaba mirando fijamente, cruzándose el dolor por sus ojos, yo bajé mi mirada.

-¿Y mama y Benja?

-Salieron a cenar, me imagine que no había ningún problema con eso.

-Hmm-dije yendo a la cocina y tomando un poco de agua, dejé el vaso en el desayunador, fui atrás, yendo al otro extremo de la piscina, donde se encontraba la grama, me acosté y mire hacia el cielo, necesitaba aire, mucho, mucho aire. Sin darme cuenta las lágrimas comenzaron a deslizarse por mis mejillas.   

-Necesitamos hablar-al oír su voz, me senté rápidamente, limpiando mis mejillas húmedas.

-Creo que ya  todo está claro, Harry-mi  voz sonó asquerosamente débil. Èl se arrodilló frente a mí, mordiéndose el labio nerviosamente, mis lágrimas seguían saliendo y se ponían más intensas cuando mantenía mis ojos con los de èl, así que no me quedó de otra que mirar mis manos. Èl las cogió y me atrajo a èl, abrazándome, aferrándose a mí. Al principio pensé en echarme para atrás pero no pude, sentir sus brazos a mí alrededor me hizo amarlo aun más. Comencé a llorar aun más fuerte, poniendo mis brazos en su pecho.

-Perdóname, Meggane- èl se alejó un poco de mi, sujetándome de las mejillas-Soy un idiota, si.

-Lo eres-respondí sonriendo entre lagrimas.

-Realmente lo soy, no sé en que estaba pensando, creí que era lo mejor pero claramente no lo es, lamento haber pensado en semejante cosa, es que estaba tan molesto con tu hermano y conmigo mismo que no supe que hacer…-tomó un poco de aire-nunca quise dejarte, jamás quisiera eso, lo sabes… tengo muchas cosas en mi cabeza que a veces provoca echar todo a la borda, yo realmente…-puse mis manos en sus labios, negando.

-No quiero terminar con esto-susurré pasando mis dedos por las comisuras de sus labios.

-Yo tampoco.

-Si ninguno de los dos lo quiere, entonces no volvamos a sugerir cosas que no son-dije frunciendo mi ceño.

-Lo pensare mejor, la próxima vez-èl me miraba y yo lo miraba.

-Entonces…

-¿Deseas volver conmigo?-su pregunta me hizo sonreír. Hice una pausa de tres minutos, fingiendo que lo pensaba profundamente.

-Siempre voy a querer regresar contigo-al decir eso, sus labios fueron directos a los míos, devorándolos por todo el tiempo que no lo pudo hacer, èl se detuvo por un momento. Desconcertándome.

-Espera-èl me soltó y buscó algo en su bolsillo derecho de su pantalón, yo aproveché y limpie mis mejillas, de nuevo-Esto lo compré hoy…-dijo desabrochando una cadena-Hoy me di cuenta, mejor dicho estuve más que seguro que no quiero separarme de ti, Megg-pasó la cadena por mi cuello, abrochándola, cuando cayó sobre mi piel, me di cuenta que era una pequeña llave dorada-Yo también tengo uno-sacò èl suyo de su camisa, el de èl era un candado y en el centro tenia la forma de mi llave-Es algo muy tonto pero… Meggane, tú eres la única que es capaz de volver loco a este estúpido corazón, capaz de hacerlo acelerar y…-suspiró cayendo sobre sus talones- tú me complementas, Megg.

-Y tu igual a mi-dije sintiendo el frio objeto entre mis dedos-Gracias-dije dejando caer más lagrimas.

-No tienes que hacerlo, lo hago porque te amo, Meggane-yo sonreí como tonta y fui de nuevo a sus labios.

-Hmm-ahora era yo quien interrumpía-Si vuelves a decir que es mejor que no estemos juntos hare que Dylan te castre ¿De acuerdo?-dije sonriendo malévolamente, èl frunció el ceño y luego asintió.

-Prometo que no volverá a suceder.

-Si por tu bien espero que no-contesté poniendo mi rostro malévolo.