All the love that I have.

asustada.

-te quiero, lo sabías? -dijo, yo me petrifique la manera en que esas palabras salieron de su hermosa boca, la manera en que se entonó,  fue muy espectacular,  muy único,  tragué y me humedeci los labios.

-qué? -fue lo único que pude decir, apesar de lo simple que fue esas palabras,  la manera en la que la pronunció,  lo dulce y suave que lo entonó me hizo sentir que realmente lo siente, que realmente me quiere, él se acerca a mí y lentamente pega su frente de la mía,  frunciendo el ceño.

-te quiero, te quiero, te quiero, te quiero y mil veces más te quiero-susurró,  como sí le doliera cada una de esas palabras, yo cerré mis ojos escuhandola una y otra vez, repitiendolas en mi mente, (claro, para que yo me aturda, no?) hice caso omiso, abrí los ojos y él me mira embozando una cálida sonrisa. -debemos irnos, tú hermano nos matará-dijo con un tono de burla, yo... yo estaba pérdida en sus palabras, hundiendome poco a poco, quería decirle lo mucho que lo quería,  Dios,  sí que quería... pero, no pude las palabras se estancaban en mi lengua sin poder expresar ningún tipo de sonido, él me tomó de la mano y caminamos al auto, con sutileza abrió la puerta y me miró,  yo no pude hacerlo, no pude mirarlo, lo ignore, entre al auto y él con fuerte golpe cerró la puerta en menos de tres segundos ya se encontraba a mi lado, prendió el motor y comenzó a acelerar, ninguno dijo nada, ningún sonido, nada, solo ese silencio que carcomia mi más grandes extrañas, al llegar fui la primera en bajar, abrí la puerta del garaje y entré a la casa, tirando las llaves en la mesa de la esquina, subí sin saludar a nadie, me sentía tan estúpida por no haber dicho: te quiero. Tan fácil que es, no? y más cuando sientes lo mismo, subí furtivamente las escaleras, emcerrandome en mi habitación, me quité los zapatos sin ningún esfuerzo, así como hice un vago intento de quitarme el vestido, me tumbe en la cama y me recordé de lo estúpida que era, en la forma... en la sinceridad de sus palabras y yo, yo solo pude quedarme como idiota allí sin decir nada, escuché pasos y voces de Dylan y Harry, Harry se despidió de Dylan, escuché dos puertas cerrándose,  realmente... yo, yo no podía,  estúpidamente comencé a llorar, por lo idiota que me sentía,  luego de unos minutos en ahogarme con mis sollozos escucho la puerta abrirse.

-nena, p-puedo pasar?-tartamudeo, yo sólo asenti, hice un intento fallido de parecer normal-que ocurre... yo hice algo que te hizo molestar-dijo, yo me voltee a mirarlo, negando, él se me acerca y se monta en la cama.

-me siento estúpida-susurre, él se acerca más a mí

-por qué? -dijo horrorizado.

-no pude decirte un simple te quiero, no me salió... Dios quería decirlo, quería decirlo-dije una y otra vez, cayendo de nuevo en el sollozo, él se acerco a mi y quedamos frente a frente.

-ey, ey, ey, ey... esta bien, yo, no me importo, no estabas lista, no te apresurare, de acuerdo? -dijo colocando sus manos en mis mejillas, lentamente me besó, delicadas corrientes bajaban por mi cuerpo,  antes decía que el chocolate era mi sabor favorito.... pero estos labios, su sabor , era... Dios,  mucho mejor, él rozó deliberadamente su lengua por mi labio inferior, sin negarle accedí,  su lengua al ritmo de la mía, todo era perfecto, era... Dios... de pronto, de un minuto a otro estoy a horcajadas de él, sus manos en mi cintura, mis piernas estan a los lados de su cadera, estoy sentada en su abdomen, dónde dejo besos por todo su rostro y cuello, él gime haciéndome sobresaltar un momento, pero no me detiene, así que sigo besandolo, lo miré y le susurre.

-tengo tres años,  odiandote, no por irte,  no por dejarme, sino porque odiaba cada maldito momento en lo que no estaba a tu lado, no sabes cuantas veces dije que iría a tu casa, tocaría y tu con tus oyuelos jodidamente perfectos, me abrirías, sin negarme la entrada, tengo miedo de que me deje llevar por esto , por lo que sentimos, a que se haga aún más fuerte, hasta  que un día. .. finalmente,  te tengas que volver a  ir, estoy asustada, estoy... no quiero simplemente sentirlo y que luego te vayas como arena deslizándose por mis dedos. de acuerdo?-dije apoyando mi cabeza en su pecho acelerado su corazón que late muy rápido al igual que el mío.

-no sientas miedo, el día en que me vaya... no... yo haré lo posible para mantenerte conmigo, vale...-dijo en un susurro

-lo prometes?-lo miré sus ojos verdes me miraron, penetraron mis ojos, sus ojos pedían más,  ese brillo excesivamente perfectos, no... nadie se lo había causado. solo yo.

-lo prometo, pricesa-dijo, yo sonreí y lo besé él comenzó lento, hasta que tuvimos que parar por falta de oxigeno, mis manos pasaron a su cuello lentamente dándole pequeños movimientos circulares,  él me toma de la cintura acercandome más a él.