Eternally In Love

Hora de dormir

"El alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada" Gustavo Adolfo Bécquer

Cuando llegaron al hotel, saludaron al joven de la recepción y probaron el menú de esa noche. Como se trataba de un hotel de lujo contaba con un restaurante, Obito y Rin tomaron asiento en una de las mesas que había en un jardín, en este jardín había una gran piscina y palmeras decoradas con luces para iluminar a los comensales.

—Esto se siente como una cita — opinó Rin.

—Yo estaba pensando lo mismo — respondió Obito.

—¿Sabes qué Rin?

—¿Qué?

—Me di cuenta que hoy superé un poco mis nervios, verás yo siempre he estado enamorado de ti pero ... no me atrevía a decírtelo, ya sabes no tenía mucha confianza y creía que me rechazarías por Kakashi, por eso es que en el pasado nunca tuve mucho valor, pero ahora la cosas están cambiando.

A Rin no le gustaba que Obito toque ese tema, ella ya había superado a Kakashi hace mucho.

—Obito no hablemos de eso ahora, digo, es mejor que hablemos del presente y no del pasado.

—Lo siento, lo que quería decir es que por mucho tiempo me faltó confianza para estar a tu lado pero hoy pude sentirme un poco más seguro y eso me pone muy contento.

—A mi también me pone contenta. Ya verás sin darnos cuenta tú y yo perderemos los nervios que nos generan ciertas situaciones.

—Eso espero, a veces me dejo llevar por los nervios, debe ser un poco frustrante para ti.

—No te preocupes cariño, así me gusta más.

—¿De verdad?

—Sí de verdad, me gusta que vayamos lento, así nos  adaptamos a esta nueva vida que comenzamos juntos.

Obito se alegró al saber que Rin era comprensiva y no lo presionaba, ella tenía razón era mejor ir paso a paso. Después de la cena, fueron a su habitación, no hablaron mucho, cada uno tomó una ducha por su cuenta y luego fueron a sus respectivas camas. La habitación estaba oscura pero la ventana estaba abierta y la luz de la luna iluminaba un poco el ambiente.

—Obito ...

—¿Si?

—¿Tienes sueño?

—Un poco ¿por qué?

—Quería hablar un momento pero no importa, lo dejamos para mañana.

—No te preocupes, no tengo tanto sueño, hablemos.

—Mmm bueno, lo que quería decir es que quiero que todos los días que nos quedemos aquí sean como hoy.

—¿O sea qué quieres que te cargue en mis brazos todos los días? — Obito bromeó.

—No me refería a eso ... aunque si quieres tomarme en tus brazos cada día no me quejo. —Obito se sonrojó, por suerte para él la oscuridad ocultaba su rubor.

—Pues si no te quejas entonces tendré que hacerlo más seguido.

—Me encantaría —Rin también ocultaba su rubor en la oscuridad.

—Haré que todos los días sean felices Rin y no solo nuestros días aquí en la playa, cada día será de felicidad te lo prometo.

—Eso es lo que más deseo, yo también haré que seamos muy felices.

El ambiente en esa habitación era muy romántico, Obito volteó su rostro para ver a Rin y ella hizo lo mismo, se quedaron observándose a la luz de la luna, sin decir una palabra, estiraron sus brazos y tomaron sus manos.

—Buenas noches cariño — dijo Obito.

—Buenas noches cariño — contestó Rin.