Pov Calle
Ya eran las ocho de la noche cuando decidimos empezar a prepararnos. Poché estaba en la habitación arreglándose mientras yo estaba bajo la ducha lavándome distraídamente, pensando en todo lo que ha pasado en estas últimas semanas. En el accidente, sobre olvidarme del amor de mi vida, Felipe tratando de confundirme y finalmente el momento hermoso de ayer.
Poché me hizo sentir tantas cosas, que son inexplicables explicar. La manera en que me ama, en como me lo expresa con sus palabras y si eso no es suficiente con sus acciones, sus caricias, sus besos. Nunca podría explicar lo que los besos de Poché me hacen sentir.
Salgo de la ducha y me seco para luego ponerme mi ropa interior. Cuando salgo del baño no veo rastros de Poché en la habitación. Me dirijo al armario para buscar algún conjunto que me sienta con comodidad para esta noche.
Cuando ya me estaba poniendo mi labial escucho la puerta de la habitación abrirse.
— ¿Ya estas lista amor? — pregunta desde la habitación.
— Si, ya. — dije viéndome por última vez en el espejo del baño.Salí del baño con una sonrisa. Poché cuando me ve se queda inmóvil mirándome, como analizándome desde los pies a la cabeza. Yo traía puesto un jeans ajustado con una blusa blanca con mangas cortas, la blusa me quedaba un poco más arriba del ombligo. El conjunto iba acompañado con un maquillaje de noche, pero sencillo dándole un toque de rojo a mis labio. Llevaba mi cabello suelto de manera ondulada que caía por mis hombros.
— Te juro que eres la mujer más hermosa del mundo.
Se acercó dando pequeños pasos, hasta estar a centímetro de mi. Sus ojos me miraba con intensidad. Puso sus manos en mi cintura y yo rodeó su cuello con mi brazos.
— Ese color en tus labios me está volviendo loca. — susurró. — Me dan ganas de no ir a ninguna fiesta y amarraste a la cama, y hacer contigo lo que yo quiera, por ponerte ese labial rojo. — susurró rosando sus labios en los míos. Sentí como mi piel se empezaba a erizar. — Tú sabes lo que me provoca. — lo sabía, por eso me lo coloqué para provocarla.
Sus ojos ya estaban oscuros y su respiración era irregular.
— ¿Ah, si? — me mordí el labio inferior sensualmente tratando de provocarla más.
Ella cerró los ojos y cuando los volvió abrió vi el deseo en ellos. El color verde de sus ojos estaba mas oscuro de lo normal.
— Daniela, no me provoques.
Yo reí y me le acerqué a su oído.
— A mi me encanta provocarte. ¿Sabes? Ahora mismo tengo ganas de que estés sobre mi, pero los chicos nos esperan. — susurre para después morder el lóbulo de su oreja.
Me separé de ella y empecé a caminar a fuera de la habitación dejándola ahí parada procesando lo que dije.
Paso aproximadamente diez minutos para que ella saliera del cuarto y se encontrara conmigo en la sala.
— ¿Ya estás lista amor? — dije con inocencia en la voz.
Ella se encontraba a dos metros de mí con una mirada aun deseosa.
— Vámonos Daniela, pero espero que estés preparada con lo que va a pasar al regresar del antro.
La miré directamente a los ojos disimulando una sonrisa mordiéndome el labio inferior. Camino pasando por el lado de ella.
— Estaré lista, amor. — dije tirándole un beso y seguir con mi camino exagerando el movimiento de mis caderas. Escuche como suspiro y también empezó a caminar atrás de mi.
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Enamorada de su sonrisa
RomanceLa chica fría que no cree en el amor queda enamorada a primera vista de una sonrisa. ¿Qué pasaría si un día estas caminando, pero en eso todo se vuelve negro y despiertas en un lugar desconocido? Golpes, misterio, romances, besos y más...