Capítulo 56: Daño.

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Pov Calle

Desperté desorientada y sin saber donde me encontraba. Estoy sentada en una silla de madera sin poder mover las manos, ni los pies porque esta amarrados y con los ojos vendados. Mi cuerpo se sentía cansado. Recordé lo que sucedió antes de todo esto y volví a llorar, empecé a llorar desesperadamente tratando de soltarme, pero lo que lograba era lastimarme las muñecas.

De repente se empezaron escuchar voces de dos personas acercándose al lugar que estaba. Una puerta se abrió, entraron en silencio y me quitaron el pañuelo de los ojos. Parpadeé unos segundo para poder acostumbrarme a la luz. Cuando pude enfocar bien la vista me percaté que eran dos hombres. Un hombre alto musculoso que parecía de unos cuarenta años y nada más y nada menos que Christian. ¿Que él tenía que ver en todo esto? ¿Quería dañar a Poché?

— Christian. — susurro a lo bajo.
— Hola Danielita, que gusto verte de nuevo. — dijo Christian con una sonrisa maliciosa.
— ¿Porqué me tienen aquí? ¿Qué quieren de mi? — pregunte, con los ojos llorosos.
— Lo más que yo quiero es dañar a Poché. Yo siempre fui una sombra para ella. Nunca me tomó en cuenta para sus negocios, pero hace poco me enteré que estaba trabajando con narcos ¿Qué curioso no? La correcta Poché usando su empresa para transportar. — dijo Christian fingiendo desacuerdo.
— Ya no lo está haciendo. — murmure.
— Es por eso que este hombre aquí está muy molesto con ella. ¿Cierto, Pablo? — dijo Christian mirado al hombre a su lado.
— Cierto. Gracias a su gran estupidez de abandonar el negocio, yo perdí mucho dinero. — dijo el tal Pablo. Su tono de voz era grave.
— ¿Y qué tengo que ver yo en todo esto? — pregunte.
— Fácil, ella hará de todo por salvarte.
— Pierden su tiempo porque ya no estamos juntas. — al decir eso mi voz se quebró.

Los dos hombres enfrente de mí se empezaron a reír. Yo los mire confundida sin comprenden que les daba tanta gracia.

— Si, sobre eso. — emepozo diciendo Christian sin parar de reír. — Pensé que el plan no iba a salir como acortábamos, pero mira que si salió perfecto. — tenía una sonrisa burlona en su rostro. — Amor tus clases de actuación salieron perfectas. — grita él mirando hacia la puerta que entraron.

Se escucho alguien acercándose, que al mi pareces llevaba puesto unos tacones porque se escuchaba fuerte sus pisadas. A los pocos se inundó la habitación de su risa acomodándose de los dos hombres. Cuando alce la mirada no podía creer lo que estaba viendo.

— Hola Daniela. — dijo teniendo un tono divertido en su voz.
— Paola... — susurre más para mí que para ellos. — Sabía que algo no estaba bien con tu regreso a la vida de Poché. — dije molesta. — Lo más seguro quieren dinero.
— Pero que inteligente eres, Daniela. — dice aún con su sonrisa burlona. — Estuve soportando a María José por años por su dinero, ella siempre era el centro de atención la que lo tenía todo, y Christian y yo éramos como sus perritos siempre detrás de ella. —  dijo Paola, y Christian asintió algo molesto.

Mientras ella seguía hablando podía sentir la mirada intensa de Pablo sobre mí, lo mire y me incomodo un poco al ver su mirada. Sus ojos estaban fríos, pero se notaba el deseo en ellos al mirarme. Cuando se dio cuenta que lo estaba mirando, me sonrió con picardía.

— Daniela... — susurra, caminando hasta donde me encontraba sentada, se posicionados detrás de mí, se inclina y se acerca a mi oído. — Nunca imaginé que María José tuviera una novia tan hermosa. — sentía su respiración en mi cuello, haciendo que me estremezca de temor.
— Bueno nosotros no vamos. — dijo con una sonrisa pícara hacia Pablo.

Christian tomó de la mano a Paola y empezó a caminar hasta la salida de la habitación. Yo miraba con ansias hacia la puerta esperando que ellos regresaran y no me dejaran sola con él.

Enamorada de su sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora